Fue dos veces ganador de la estadística en los Estados Unidos, donde sus hijos brillaron principalmente sobre el césped

Mientras se proyectan nuevos referentes entre los padrillos a nivel mundial, muchos de los nombres que venían dominando la escena van partiendo. El último fin de semana, a sus 21 años, el fantástico Kitten’s Joy murió por un aparente ataque cardíaco en el Hill’n’Dale at Xalapa, donde presta servicio desde 2018, tras haber llegado a lo máximo en el Ramsey Farm.

El mejor continuador de la línea de El Prado (Sadler’s Wells), lideró en dos oportunidades la estadística de reproductores en los Estados Unidos y fue por casi dos décadas nombre central con sus crías en las pruebas sobre césped, en un correlato lógico para su genética.

Alazán, vistoso y con una lista blanca en su cabeza, Kitten’s Joy estuvo a punto de ser vendido por menos de 100.000 dólares por Ken y Sarah Ramsay, sus criadores y propietarios, pero a último momento decidieron defenderlo en remate público, en una decisión que terminaría garantizándoles un futuro de éxito inmenso, primero en las pistas y luego en la cabaña.

Preparado por Dale Romans, el crack debutó quinto, pero luego jamás llegaría más allá del segundo lugar, sumando 9 victorias y premios por 2.075.791 dólares. Entre sus conquistas aparecen el Secretariat Stakes (G1), el Joe Hirsch Turf Classic Invitational Stakes (G1), el Firecracker Breeders’ Cup Handicap (G2), el Jefferson Cup Stakes (G3), el Crown Royal American Turf Stakes (G3), el Palm Beach Stakes (G3) y el Tropical Park Derby (G3), además de escoltar a Better Talk Now (Talkin Man) en el Breeders’ Cup Turf (G1) de 2004 y al inglés Powerscourt (Sadler’s Wells) en el Arlington Million Stakes (G1) de 2005.

Campeón Caballo en el Césped de 2004 en el norte, Kitten’s Joy fue retirado y fuertemente apoyado desde el inicio por los Ramsey, lo que derivó en resultados casi inmediatos con sus crías, aunque la gran mayoría de ellas fueron reservadas. En su primera camada produjo 5 ganadores clásicos y otros 11 se sumarían como parte de su segunda generación, con Stephanie’s Kitten como su primera ganadora de G1 al llevarse el Darley Alcibiades Stakes (G1), en Keeneland, y el Breeders’ Cup Juvenile Fillies Turf (G2).

En total, Kitten’s Joy terminaría produciendo a la fecha 111 hijos ganadores clásicos, 53 de ellos en el plano de las pruebas de grupo y 15 de G1, accediendo a su primera estadística en 2013, la temporada en la que el 17 de agosto tres de sus productos vencieron en la máxima escala: Big Blue Kitten se llevó el Sword Dancer Invitational Stakes, Real Solution el Arlington Million y Admiral Kitten el Secretariat Stakes.

Kitten’s Joy lideró la estadística exclusiva sobre el césped desde 2013 y hasta 2018, y su valor en los remates y con respecto a su servicio comenzó a crecer, atrayendo a muchos de los propietarios más fuertes del mundo. Godolphin, por ejemplo, disfrutó de Hawkbill, que se impuso en el Coral-Eclipse Stakes (G1) en Sandown Park y en el Dubai Sheema Classic (G1) de Meydan.

El Qatar Racing, en tanto, fue la divisa que defendió el extraordinario Roaring Lion, campeón en Europa y ganador del Eclipse Stakes (G1), del Juddmonte International Stakes (G1), del Irish Champion Stakes (G1) y del Queen Elizabeth II Stakes (G1), y también Kameko, héroe en las QIPCO 2000 Guineas (G1) inglesas en 2020.

Con Kitten’s Joy murió un caballo sensacional y un padrillo formidable, capaz de superarlo todo en la pista y luego en el haras, “haciéndose de abajo” y trepando hasta la máxima consideración. Algo reservado para muy pocos.