Estaba retirado en el Haras La Providencia y su salud se había deteriorado tras sufrir un ACV recientemente

Por Diego H. Mitagstein

Pure Prize tenía 23 años y este sábado le llegó la hora de partir. Retirado de la reproducción desde 2016, había sufrido un ACV hace un tiempito y su salud deteriorado. Vivía en el Haras La Providencia desde que dejó el servicio activo, por un pedido expreso de la cabaña para disfrutarlo en el campo de Olavarría y al que los socios que formaban parte del sindicato accedieron. 

Lo dio todo el alazán, primero cumpliendo una campaña de pistas destacadas y luego transformándose en un padrillo sensacional, de los mejores de la era moderna. Ganó las estadísticas de 2012 y de 2013 y hoy sus crías y también sus nietos siguen dando que hablar.

Nacido en 1998Hijo de Storm Cat y la estupenda Heavenly Prize (Seeking the Gold), desde su carga genética estaba predestinado a brillar. Reservado del Phipps Stable, como no podía ser de otra manera, estuvo al cuidado de Claude R. McGaughey y venció en 5 de sus 17 salidas, sumando premios por 475.459 dólares.

Su triunfo más importante llegó en su última presentación, cuando en Turfway Park se llevó el Kentucky Cup Classic Handicap (G2), pero además fue segundo en el Fourstardave Handicap (G3) de Saratoga y quinto tanto en el Suburban Handicap (G2) como en el Discovery Handicap (G3).

Ya en el Haras, sirvió haciendo doble temporada entre el Vinery Farm de Kentucky y el Haras Carampangue, en Argentina, donde quedó radicado definitivamente a partir de 2013 y hasta el final de su vida activa.

Como se dijo, fue padrillo del año en 2012 y 2013 y según el Stud Book Argentino tuvo a la fecha 803 hijos en nuestras pistas, de los cuales ganaron 614 (un asombroso 76,5 de eficiencia), con 52 vencedores clásicos, 31 de grupo y 14 de G1 que totalizan premios por 194.914.278 pesos.

La lista de cracks que dejó es larga, con Hi Happy, Winning Prize, Ollagua, Candy Marie, Jumbalaya, Fuego e Hierro, Kononkop, Candy Nevada, Hinz (en Chile), Girlie, Pure Bike, Puerto Real, Quechua (en Singapur), Maldivas e Hispanidad como destacados, aunque quizás ninguno iguala la relevancia que cobró Blue Prize, campeona aquí y que luego se transformó en una de las mejores yeguas de la historia del turf nacional a nivel internacional, quedándose con el Breeders’ Cup Distaff (G1) de 2019 en los Estados Unidos, donde sumó otros dos éxito de máxima escala, dando doblete en el Juddmonte Spinster Stakes (G1) de Keeneland. De sus temporadas en Vinery, sobresalen las G1 Pure Clan y Pure Fun y los también graduales Cowgirls Don’t Cry, Holy Nova, Purely Hot, Birdbirdisthword y Now I Know.

Pure Prize ofrece una arista interesante, y es la de que produjo crías ganadoras en Argentina, Estados Unidos, Canadá, Singapur, Chile, Perú, Brasil, Uruguay, Japón, Sudáfrica, Malasia, Arabia Saudita, Puerto Rico, Suecia, Barbados, India, México, República Dominicana, Ecuador, Jaimaca, Korea, Panamá y Venezuela, en una muestra de globalización impresionante.

Como abuelo materno también se destaca Pure Prize, ya con 166 nietos ganadores y 14 de ellos que han conseguido éxitos clásicos, 2 en G1: Pinball Wizard (Orpen) y Care Lady (Equal Stripes). Aunque no sería justo olvidar otros nombres generosos como los de Pure Nelson (Mount Nelson), Isleña Emperatriz (Emperor Richard), Transónico (E Dubai), Family Game (Fire Slam), Betula Trick (Hat Trick), Lado Bueno (Incurable Optimist), Kohinoor (Cima de Triomphe), Teenek (Perfectperformance), Fy Spree (Fortify)y Carteame (Equal Stripes).

Difícil será no extrañar a un caballo diferente, generoso y único, aunque el tiempo pasa para todos y hay cuestiones que es imposible detener. Temprano debió dejar de servir por problemas para preñar, sino seguramente su lista de crías y nietos buenos se hubiera ampliado mucho. Pero tampoco es cuestión de ser injustos y de reclamarle más, porque lo que hizo fue sencillamente sensacional.

Se fue Pure Prize, a los 23 años, después de disfrutar por varias temporadas de una jubilación llena de mimos y fotos. El crack dijo adiós, pero no habrá nadie que no lo vaya a recodar cuando le pregunten sobre un padrillo bueno…