El hijo de Catcher In the Rye se llevó el República Argentina (G1) ante tribunas repletas y con record de apuestas de por medio

Por Diego H. Mitagstein

Impactante, emocionante. No hay adjetivo que haga total justicia para con la fiesta hípica que se vivió este 1 de mayo en el Hipódromo Argentino de Palermo. Fue conmovedor y, para muchos, la ratificación de que la llama de la hípica está tan viva como siempre; que sólo es cuestión de proponer espectáculos a lo grande para que la gente responda, sea parte.

Para el “burrero” de toda la vida fue imposible no sentir una mezcla especial de orgullo y alegría al ver las tribunas repletas, impacientes por vivir la magia de las carreras de cerca. Mirarlas, contemplarlas, admirarlas fue un placer para la vista y para el alma. Durante prácticamente todo el día el viejo circo porteño fue un “hormiguero”; costaba pasar, moverse, encontrar una mesa y hasta jugar un boleto, ante las largas colas que se hicieron en cada ventanilla disponible. El éxito fue elocuente. Que se hayan apostado 41.194.949 pesos, un nuevo récord nacional, es otro dato duro fuertísimo para una jornada que no tuvo fisuras. Perfecta.

Se notó el fervor y la pasión, cuyo momento de mayor efervescencia llegó, obviamente, a la hora del Gran Premio República Argentina (G1-2000 m, arena), la carrera más importante de la temporada para los caballos mayores en la centenaria cancha porteña.

Allí, los dos mejores ejemplares de 2018 en el Hipódromo de La Plata protagonizaron un cierre que hizo temblar las gradas, con Alampur, el héroe del último Dardo Rocha (G1), batiendo por apenas la cabeza a Emotion Orpen (Orpen), que en el calendario anterior se había alzado con el Gran Premio Provincia de Buenos Aires (G1), el Nacional del Bosque. Ahí nomás, a medio cuerpo, Dancing Again (Heliostatic) aportó aún más emoción cruzando tercero, en atropellada meritoria.

Avanzando firme en el derecho, con su cuerpo torcido, como es su costumbre, Alampur hizo festejar por segunda temporada seguida a la dupla integrada por el jockey Wilson Moreyra y el entrenador Jorge Mayansky Neer, los mismos que hace 12 meses conquistaban la gloria con Logrado (Manipulator); equipo idéntico al que también forjó al campeón Latinoamericano Roman Rosso (Roman Ruler), por cierto.

Las lágrimas, las sonrisas y la alegría ganaron la escena con el hijo de Catcher In the Rye y Alzehba (Elusive Quality) volviendo para la foto soñada, haciendo viajar esas sensaciones hasta Paraguay, de donde es oriundo Juan Carlos Aveiro, su propietario, que con los colores de la chaquetilla del Stud Asunción deja claro donde está su corazón.

El Gran Premio República Argentina en su versión 2019 fue un éxito rotundo en todo sentido, ratificando su química con el público a nivel de fiesta, haciéndose gigante en época de vacas flacas, demostrando que la pasión por el caballo de carrera y las carreras de caballos está vivita y coleando; que todavía el deporte de los reyes que el pueblo acuñó como suyo puede provocar esos momentos únicos que lo hicieron gigante. Alampur se robó los flashes, las copas, los titulares y los mimos, pero el gran ganador de un nuevo 1 de mayo en Palermo fue el turf. Por varios cuerpos.