La notable tordilla se impuso a los machos en el Prix de l’Arc de Triomphe (G1) 2022, en ParisLongchamp; Sir Mark Prescott realizó un trabajo formidable desde su preparación y para Kirsten Rausing, su criadora y propietaria, concretó el máximo galardón para el desarrollo de la familia central de su Lanwades Stud

Otra vez una yegua se llevó la gloria en el Prix de l’Arc de Triomphe (G1-2400 m, césped muy pesado), la carrera más importante de cada temporada en Europa y que vivió una nueva versión este domingo en ParísLongchamp. Ahora el nombre que sonó fuerte fue el de la fenomenal Alpinista, que completó con una gestión descomunal el formidable trabajo que desde su preparación realizó el veterano Sir Mark Prescott.

En 2020 escolta de Love (Galileo) en el Darley Yorkshire Oaks (G1), la hija del irrepetible Frankel encontró en 2021 la punta del iceberg de su despegue hacia el Olimpo hípico, guiada por la mano experimentada de su entrenador, que la fue llevando de menor a mayor, le dibujó una planificación perfecta y, cuando la vio lista, encaró las “grandes ligas”, con el premio mayor de quedarse con la carrera que todos quieren ganar.

La última temporada cimentó su fama llevándose 3 G1 en Alemania, pero para 2022 los planes fueron distintos. En Saint-Cloud y reprisando se hizo del Grand Prix de Saint-Cloud (G1), luego superó a Tuesday (Galielo) en el Darley Yorkshire Oaks, tomándose revancha de aquella derrota ante Love, y ahora, fresca, en forma, con la confianza al tope, la tordilla fue un paredón para sus rivales en la ciudad luz.

Con Luke Norris en sus riendas, y viniendo siempre cerquita del puntero Titleholder (Duramente), uno de los 4 representantes japoneses, Alpinista entró en escena al pisar la recta, desalojando al puntero del sitial primaria y guapeando para contener las atropelladas del local Vadeni (Churchill) y del alemán Torquator Tasso (Adlerflug) -iba en pos del double-event- que en ese orden la escoltaron desde apenas medio cuerpo y pescuezo.

Alpinista, que resultó favorita en las apuestas, es propiedad del Kirsten Rausing, la filántropo sueca que maneja en Newmarket el Lanwades Stud con una pasión gigantesca, que adora el deporte y adora los caballos. Que construyó apoyándose en su yegua Alouette (Darshaan) un legado de campeones que ahora encuentra con la tordilla, nieta de aquella, a su estrella máxima, en una temporada donde desde el mismo pedigree surgió Eldar Eldarov (Dubawi), vencedor en el St. Leger (G1) de Doncaster hace algunas semanas. El haber criado varias generaciones de esa familia le rinde réditos al por mayor a Rausing, que también disfrutó de otros caballos notables con esa genética como las campeonas Albanova (Alzao), Alborada (Alzao).

“La señora Rausing tiene caballos conmigo desde hace 36 años y Luke es parte de mi equipo desde hace 11, por eso considero que tengo mucha suerte y que no puede haber sido un día mejor. Sentía que iba a ganar, pero fue un respiro cuando vi que lo consiguió”, contó tras la victoria Prescott, que ganó por primera vez el Arco a sus 74 años y tras 52 como preparador.

Morris, en tanto, emocionado, explicó: “Es el pináculo de mi carrera, un día increíblemente especial para mí. No me pasa muy seguido de tener lágrimas en mis ojos, y hoy fue uno de esos días. El plan salió en la forma en que lo habíamos hablado, y ella es fenomenal, una yegua versátil y dura de batir”.

Alpinista es la primera yegua de 5 años que consigue vencer en el Prix de l’Arc de Triomphe desde que lo logró Corrida (Coronach), en la versión de 1937. La carrera era parte del programa Win and You’re In y clasificó a la tordilla para el Breeders’ Cup Turf (G1) del mes próximo en Keeneland… Si viaja y corre, será una de las grandes atracciones de la serie.