Ganó la Polla de Potrillos de manera estupenda y coronó la tarde mágica de Roberto Pellegatta

Difícil encontrar en la hípica una sensación más reconfortante como la de estar en presencia de un caballo diferente. Y parece que American Tattoo lo es. Gran favorito, el hijo de Not for Sale fue el brillante héroe que tuvo la versión 2018 del Gran Premio Polla de Potrillos (G1), la tarde que en Palermo Roberto Pellegatta hizo historia al ganar ambas versiones con sus créditos, pues un rato antes Summer Love (Freud) había estado también estupenda para alzarse con la Polla de Potrancas (G1).

Había aroma a show probable en Avenida del Libertador y Dorrego con los comentarios de otro planeta que rodeaban la previa del tres años del Stud Juan Antonio, pero cualquier previsión se quedó corta ante su descomunal gestión, propia de los caballos buenos.

Veloz y llegador, American Tattoo salió adelante, pasó los 400 metros iniciales en 22s5/100, los 800 en 44s38/100 y los 1200 en 1m8s8/100, aunque enfrentó la parte final entre murmullos. Se amansó un tanto frente a las tribunas, y permitió que Luciano Cabrera e Imagen de Roma (Roman Ruler) igualaran su línea y amenazaran con arruinarle la consagración.

Pero exigió Gustavo Calvente, pegó un par de veces, y el zaino criado en el Haras La Pasión puso la marcha extra para retomar ventajas y ponerse cómodo de los 150 al disco sacándole 4 contundentes cuerpos a Imagen de Roma, que, de todas formas, redondeó la mejor de su vida.

Tremendo Tordo (Hurricane Cat), el único vencedor de G1 en la nómina, fue tercero a 2 1/2 largos, mejorando su labor en las Dos Mil Guineas (G1), mientras que Dar La Paz (Roman Ruler), Raven Master (The Leopard) y Endormoon (Endorsement) completaron el marcador, todos aprobando.

Del lado del debe quedaron As del Paraíso (Angiolo) y Power Up (Key Deputy). El platense siguió al puntero en la primera parte, pero sucumbió ante semejante esfuerzo para rematar séptimo. Peor le fue a Power Up, que nunca mostró su mejor versión para cerrar la marcha muy alejado, en gestión anormal por donde se la mire.

Si todo lo que hizo en la pista no alcanzaba para considerar su actuación de otra dimensión, la “decoró” deteniendo el cronómetro en 1m32s30/100, uno de los mejores tiempos de la historia y que estuvo apenas 8/100 por encima del record que desde 1996 ostenta Rincón Americano (Ahmad).

Diego H. Mitagstein

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