La notable yegua madre de La Pasión tiene ahora 4 hijos ganadores clásicos sobre 5 que compitieron

American Whisper pasó 3 veces por el ring de ventas de Keeneland, pero la última de ellas terminaría marcando su vida. Vendida primero como destete y luego como yearling, la hija de Quiet American regresó al tradicional recinto de Lexington para las subastas mixtas de enero de 2009, donde tendría la cita con el destino soñada, la que lo cambiaría todo.

Por 16.000 dólares (hoy suenan a un regalo), Luis Bouza firmó el ticket y la zaina que ganó apenas una carrera en Aqueduct al cabo de una breve campaña viajaría a la Argentina adquirida por el Haras Arroyo de Luna, donde comenzaría a trazar una historia mucho más generosa que la que disfrutó en los hipódromos.

Allí, en el haras de Gastón Balbi American Whisper no tardó nada en revelarse como una yegua madre sensacional, que hoy camina sin pausa para sumarse al grupo de las más destacadas de todos los tiempos. Con sólo 5 crías en edad de correr (sin contar su producto 2016), ya produjo 4 ganadores clásicos, 2 de ellos de G1 y tres en los últimos 5 meses.

La última joya a la zaga que comenzó Mystery Train (Not for Sale), continuó American Song (Stripes Song) y elevó a los libros American Tattoo (Not for Sale) (foto) ganando la Polla de Potrillos (G1) de 2019, se vivió el último domingo en La Punta, donde Fatherstone (Not for Sale) no quiso ser menos que sus hermanos y alcanzó carácter de caballo clásico quedándose con el Juan Esteban Pedernera.

American Whisper dejó Arroyo de Luna cuando su disolución, en 2013, y ya tanto American Tattoo como American Song nacieron en la cabaña de Ricardo y Nicolás Benedicto, donde, por supuesto, se la tiene en un altar.

“Siempre produce caballos medianos, pero muy lindos, que se han vendido bien. Son prolijos, correctos. Ella tiene mucha clase, es tranquila y se preña todos los años, nos ayuda mucho. Pero lo más importante es que en las pistas no falla”, cuenta Nicolás, entre sonrisas.

Luego suma: “American Dad, su cría 2016, lo tiene en cuida Mariano Iguacel y por lo que se anda bastante bien, y su 2017, American Rider (Violence) va a correr para Rubio B. porque decidimos cuidarlo. Será el segundo hijo de la yegua que reservamos, después de American Song, que era su única hembra hasta que el año pasado nos dio a American Royal (Easing Along). Por suerte, nuevamente está preñada por Easing Along, así que podemos seguir soñando”.

Son muchas las grandes yeguas madres de las que ha disfrutado el turf argentino a través de su estupenda historia. Chaldee (Banner Sport), La Endiablada (Right of Way), Fallow (Worden), Fallow’s Sister (Worden), Crescent (Rustom Pasha)… 

Salen de a montones los nombres, y los anteriores son sólo ejemplos, con obvias omisiones de por medio. American Whisper se va haciendo camino al andar, dando un ganador clásico detrás de otro y, teniendo en cuenta que apenas cuenta 14 años, está más que claro que su historia será mucho más grande todavía.

Diego H. Mitagstein