El tordillo ratificó su nobleza y capacidad logrando vencer en los 2000 metros de una carrera importante

La victoria de Asfaloth (Riviera Cocktail) en el Clásico Alfredo Benavides y Alfredo Benavides Diez Canseco (G3-2000 m), de este domingo, no hizo más que ratificar la nobleza y calidad de este precioso tordillo, que se ha consolidado como uno de los más queridos caballos del Hipódromo de Monterrico. Especialista en la media distancia, lo habíamos visto ganar también en recta y en ambos escenarios, pero le estaba quedando pendiente un solo reto: triunfar en las dos curvas. Y ausentes los mejores fondistas de la arena, como Barbón (Badge Of Silver) y Storm Rodrigo (Chi-Dangeorus Midge), el camino estaba servido para el pupilo de Jorge Luis Salas.

Fue precisamente el entrenador quien había declarado hace unos días que junto a sus socios tomó la decisión de no meterlo en la carrera de clasificación al Latinoamericano (G1). Y ahí se enfrentó a dos caminos: O correrlo en el clásico de los dos mil metros o reservarlo para el Clásico Bradock (1700 m), de la próxima semana. Optó por la primera opción y la acertó de plano.

Asfaloth tiene una fortaleza que en su tienda saben explotar: Su docilidad. Un caballo de tanta calidad, que encima no ponga trabas en su conducción se hace muy difícil de ganar, aun cuando tenga que esforzarse al máximo en distancias que no domina. Su racha de cinco victorias consecutivas lo ratifica. Esta vez fue en una prueba de Grupo, la que le faltaban en ese listado de clásicos ganados, que ya suman 13 a lo largo de sus dos años y medio de campaña.

Carlos Trujillo, su conductor, lo entendió perfectamente y pudo colocar al tordillo donde quiso. Primero cuarto, guardado a los palos, mirando desde esa posición la forma como Edwin Talaverano marcaba las acciones con El Coliseo (Southdale) en la delantera, seguido por Siempre Alerta (Arg-Easing Along).

Luego, en la curva de los 600 metross, cuando ya estaba segundo, colándole por la baranda, aprovechando que los favoritos El Puma Carranza (USA-Drosselmeyer) y Crazy Freud (ARG-Freud) ya estaban jugados y el puntero tenía cara de agotado. Trujillo, conocedor de que su conducido podía reclamarle el no llegar ‘entero’ a los 2000 m, decidió esperar hasta entrar a la recta final para definir. Guardó a su caballo todo lo que pudo y cuando en los 300 metros quebró con facilidad al puntero, le pidió el resto para asegurar la victoria. Lo que no imagino es que desde atrás surgiría la sombra de Ukrano (ARG-Van Nistelrooy) para ponerle la sazón al final de la carrera.

El conducido por Chuan, que se está recuperando de una lesión, apareció desde el fondo, con unos trancos largos y firmes para empezar a descontar la ventaja que el tordillo había establecido. La tribuna rugió. Por un lado Asfaloth con la gasolina contada para completar el recorrido y Ukrano saliendo desde atrás, con el tanque lleno y dispuesto a una tarde de gloria. Ese furlong final debió parecer eterno para Asfaloth, que había ratificado otra vez su condición de gran millero cuando completó los 1600 en el gran tiempo de 1m38s. Pero para el cuarto de milla final, las fuerzas ya no eran las mismas y el remate fue pobre: 30s para los 400 restantes.

La meta sorprendió a Asfaloth con una nariz de ventaja sobre el zaino que ya quedó listo y que reclamará revancha en su próxima. Más alejado, Siempre Alerta completó el tercer puesto. Habrá que ver si en su tienda mantendrán a Asfaloth en los dos kilómetros, mientras que regresan al grupo estelar los pesos pesados del 2018, o si vuelven a la idea de mantenerlo en las carreras de medio fondo, aquellas distancias donde se siente mucho más cómodo.

Néstor Obregón Rossi

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