El hijo de Alcorano se erigió en la gran figura de un “mitin de Reyes” distinto, con cambio de fecha mediante y sin público en las tribunas, aunque con el mismo calor y peso específico de siempre

Por Néstor Obregón Rossi

IImparable. Arrollador. Inalcanzable. Atlético El Culano (Alcorano) fue el inobjetable ganador de una nueva edición del Gran Premio José Pedro Ramírez (G1-2400 m), la longeva carrera sudamericana que se disputó este domingo en el Hipódromo Nacional de Maroñas, 11 días después de su tradicional fecha del 6 de enero.

La competencia que rompe fuegos en el calendario hípico sudamericano tuvo que verse postergada por la decisión gubernamental de postergar todo evento deportivo en el país para frenar un poco el avance del Covid-19, mucho más agresivo que en su primera ola.

Y así de agresivo estuvo Atlético El Culano, que tuvo que sortear el puesto de pista número 16 (por afuera de todos), correr desde la última ubicación en los primeros 800 metros y luego comenzar a avanzar por el carril más alejado, a trancadas, para entrar a la recta en un inmejorable tercer lugar, detrás de los punteros Keep Down (Brz-Amigoni) y Bobby Q (Brz-Shanghai Bobby), que a esas alturas venían encabezando la fila de competidores, todos con campaña local.

Porque la pandemia no solo impidió que haya gente en las tribunas y le impregnara esa magistral banda sonora de gritos y tronada de dedos a la gran jornada de reyes. También evitó que se armaran delegaciones de otros países para poder estar presente en una de las carreras más importantes de la región, consolidada como una de las ‘grandes pruebas’ para fondistas en la, luego del itinerante Longines Latinoamericano (G1).

Atlético El Culano, en todo caso, demostró que está hecho para las carreras de fondo. Con inicial campaña en el Hipódromo de Melo, llegó a Maroñas para empezar su camino hacia la fama y fue en las pruebas de largo aliento donde consiguió su consolidación. Este domingo, la milla y media del Ramírez le cayó más que pintada y si le extendían las distancias, habría corrido más.

Con José Da Silva en sus controles, Atlético El Culano estuvo en una tarde fenomenal para conseguir el primer éxito clásico en su campaña. Atropelló primero que el favorito Olympic Harvard (Brz-Drosselmeyer), pero queda la sensación de que si ambos hubieran arrancado juntos en el rush final, el nieto de Yagli igual hubiera ganado por demolición.

Le estableció 4 1/2 cuerpos a su escolta y 9 cuerpos al tercero, el puntero Keep Down, completando el 1-2-3 para el entrenador brasileño Antonio Luis Cintra, que siguió la transmisión por YouTube desde Dubai, donde entrena a los caballos uruguayos que correrán en el Carnival, y que repite el éxito en la gran carrera, tras ganarla en el 2020 con el crack Ajuste Fiscal (Ioya Bigtime), precisamente uno de los caballos que alista para su debut en el Medio Oriente.

De familia brasileña, pero con campaña en Uruguay, esta creación del Haras Bagé so Sul desciende de Alcorano y Alegre Baby (Brz-Yagli) que, a la vez, es hija de la placé clásico Fast Baby (Brz-Fast Gold). Por el lado paterno, la línea masculina del ganador nos remonta a Damascus en lo que viene siendo una de las líneas comerciales que se resiste a la extinción en el mercado hípico.

Así se cerró una jornada más del Ramírez, a secas, como le dicen casi todos. Sin ese marco de público que solo una carrera como ésta puede ofrecer, pero con una carrera que terminó coronando a un fondista nato, que podría empezar su reinado a partir de hoy y del que, seguramente, empezaremos a escuchar muy seguido en las próximas semanas.