No hubo Justifys ni American Pharoahs, pero la serie dejó récord de apuestas en Santa Anita Park

ARCADIA, California (Especial para Turf Diario).- El poder de la Breeders’ Cup nunca debe ser subestimado. Cuando muchos decían que la serie había ofrecido su versión más floja en muchos años los números llegaron para tirar por la borda el pensamiento.

La calidad de los participantes es parte de un todo que viene en el paquete del festival de carreras más importante del mundo; como en cualquier hípica, hay años mejores y peores; temporadas con American Pharoahs o Justifys y otras sin ese tipo de caballos, con nombres muchos más terrenales pero también altamente competitivo.

La versión XXXVI y que se vivió entre el viernes y sábado último en Santa Anita Park, California, demostró que “el todo” puede tanto o más que “los nombres”, dejando un nuevo récord en materia de apuestas y una excelente concurrencia de público.

Lo jugado en los dos días durante los que se extendió la Breeders’ Cup dejaron 174.000.574 dólares en ventanillas, 56.517.228 apostados el viernes y 117.483.346 el sábado, dejando atrás la marca de US$ 173.857.697 que se había alcanzado en la versión de 2010 y que se resolvió en Churchill Downs. Si de público se trata, pasaron por Santa Anita 109.054 personas, 41.243 el viernes y otras 67.811 el sábado.

“Breeders’ Cup quiere agradecer al staff y todos los directivos de Santa Anita Park y del Stronach Group por el duro trabajo y el apoyo que le dieron a la realización del Campeonato Mundial en 2019, como así también a la comunidades de Arcadia, Pasadena y sus alrededores, a los fanáticos de todas partes del mundo y, especialmente, a los propietarios y los criadores que hicieron nuestro evento posible. Por último, y no es un detalle menor, Breeders’ Cup quiere reconocer a nuestros atletas equinos, los hombres y mujeres, los peones, jockeys, entrenadores, veterinarios, personal de seguridad y voluntarios por el esfuerzo dedicado”, contó Fred Hertrich II, Chairman de Breeders’ Cup.

Por décima ocasión Santa Anita Park recibió la serie y ahora se pondrá proa hacia lo que será la segunda versión a desarrollarse en el bellísimo Keeneland, en Lexington, Kentucky, que en 2015 satisfizo todas las expectativas.

Seguramente será otra serie maravillosa, lista para ofrecer más espectáculos de primer nivel y caballos de clase mundial. Ojalá el correr de los meses acerquen un crack para darle un toque de jerarquía mayor, aunque, quedó comprobado, la serie tiene un imán propio…