En su regreso a las pistas tras 4 meses de ausencia, se impuso por la cabeza en el Clásico Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (L)

Con buenos caballos de por medio, los espectáculos de gran nivel siempre están al alcance de la mano. Y con las presencias de Super Inter (Super Saver) y Balsamic (Equal Stripes) en los partidores del Clásico Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (L-1800 m, arena), este viernes en el Hipódromo Argentino de Palermo, no podía esperarse otra situación que la fenomenal carrera que se dio.

En su reprise, tras cuatro meses de ausencia, Balsamic tuvo que echar mano a toda su clase para sacar adelante una victoria trabajosa ante un adversario que, en su mejor momento, dio pelea hasta la misma racha. Ganó el Equal Stripes por la cabeza, es cierto, pero como en aquellos “resultados morales” inolvidables de la Revista Goles (sabemos que estamos grandes, lo sabemos perfectamente…), si había un empate hubiese sido el final ideal.

Retomando la senda del éxito, tras la derrota que sufrió ante Malibú Spring (Greenspring) en el Clásico Perú (G2), nada fue sencillo para Balsamic, con el que Wilson Moreyra tuvo que hacer de todo para hacerlo cruzar adelante. Esta vez no vino adelante, sino que dejó a Ecólogo Estrella (Ecólogo) moviendo la carrera con Super Inter marcándolo de cerca, sumándose a esa lucha sólo en el codo y abierto.

No entusiasmaba demasiado el andar del caballo del Stud S. de B. a esa altura, remado con alma y vida por Moreyra y con problemas para cambiar de mano, pero por los 400 metros se arrimó, sacó pequeñas ventajas y logró mantenerlas hasta el disco, con un Super Inter que por dentro continuó luchando, todo en un tiempazo de 1m46s71/100. A 4 cuerpos, Ecólogo Estrella fue tercero y, como era previsible, Sólo Candombe (Winning Prize) y Australis Cheeky (Interaction) completaron el marcador, lejos.

Criado por el Haras El Turf, hermano entero del G1 Balompié, del G2 Bali Bay y de Bahama, madre en Uruguay de la G3 Barwoman (Safety Check), Balsamic fue un canto al coraje para sumar su séptimo triunfo y tercero clásico, en una campaña jaqueada por temas de salud, que siempre superó con un corazón envidiable y una capacidad corredora realmente espectacular.