Ratificando su previo triunfo en el Clásico Federico de Alvear, la hija de Grand Reward sacó pasaje a la Copa de Plata

Con los vaivenes de un proceso selectivo afectado seriamente por la pandemia y el corte de la actividad, a los productos se les estaba haciendo cuesta arriba “repetir”. Pero esa tendencia se dejó de lado -está por verse si momentáneamente- en el sábado de San Isidro, donde Lord Roseillon (Le Blues) se lució entre los potrillos en el Clásico de la Provincia de Buenos Aires (G3) y al cabo del cual Bellagamba confirmó su previa conquista en el Clásico Federico de Alvear (G2) para quedarse con el título de mejor potranca sobre el césped con un sólido triunfo en los dos kilómetros del Gran Premio Enrique Acebal (G1), la carrera más fuerte de una tarde que desbordó en calidad y que tuvo su recompensa en la tesorería, ya que produjo una recaudación de 41.100.817 pesos.

La hija de Grand Reward mostró tesón, capacidad para asumir la distancia y también una cuota de aceleración importante para lograr el cóctel que la llevó a brillar por primera vez en el plano más importante, en otra tarde de progresos, una constante en su campaña pese a tener una exigencia grande tras haber corrido cinco carreras en un lapso inferior a los 3 meses.

Allí hay otro ítem en el que la zaina que corre para el Stud Trío y se crió en los campos del Haras Chenaut para el Haras Indio Rubio destaca, pues evidencia una recuperación rápida tras los esfuerzos, sin sentir el rigor del proceso selectivo “todo amontonado” que se vive por estos días en la Argentina. Lautaro Balmaceda, su jockey, es otra pieza clave en el equipo, tanto como Enrique Martín Ferro, su preparador. La conoce, sabe hasta dónde esperar para explotar las virtudes de su atropellada y volvió a quedar claro en el Acebal.

A la punta salió Forty Cinque, a esta altura, una perdedora de lujo, que marcó un ritmo firme, pero para nada alocado, bajo parciales de 26s79/100, 51s7/100 y 1m14s70/100, acelerando en la segunda mitad y, por un momento, prometiendo no pararse nunca en la recta.

Pero en los 200 metros finales la carga de Bellagamba encontró su máxima expresión para superar a la puntera y sacarle 1 1/2 cuerpo, estableciendo un tiempo de 2m65/100, muy similar al que un rato antes le tomó a Fanciful (Heliostatic) vencer en el Clásico Los Haras (G2). A otro largo y medio, Blue Stripe (Equal Stripes), la hermanita materna de la crack Blue Prize (Pure Prize) corría también bárbaro en su primera experiencia clásica y pastera. La que no rindió lo esperado fue Bianca Jay (Roman Ruler), que pareció perder algo de furia con la mayor distancia, sembrando dudas sobre si recoger el barrilete o seguir intentando en los 2000 metros.

El Acebal ofreció con su final una particularidad, pues la ganadora es preparada, como se dijo, por Enrique Martín Ferro, mientras que Forty Cinque y Blue Stripe están a cargo de Nicolás, su hijo. En el otro extremo, anteúltima terminó Marquesa Key (Key Deputy), otra pupila de Quique, y cerrando la marcha quedó Infartame (Equal Stripes), atendida por Nicolás. Arriba y abajo papá pudo más esta vez. En el asado del domingo, ya se sabe por qué camino habrán corrido las bromas.