La generosa hija del crack argentino Candy Ride quedó segunda a la cabeza en el G3 que se corrió este viernes en Keeneland

LEXINGTON, Kentucky (Especial para Turf Diario).- A Royal Flag le sobra corazón, condición seguramente heredada de su padre, Candy Ride. Pero en el viernes de Keeneland no le alcanzó para darle al crack argentino un nuevo festejo de grado en el norte, dentro de una temporada que viene siendo fantástica para el reproductor de Lane’s End y que está ahí nomás de llegar a los 100 hijos ganadores clásicos.

La noble alazana de William S. Farish cayó por apenas la cabeza ante Bonny South en el Baird Doubledogdare Stakes (G3-1700 m, arena normal, US$ 100.000 de bolsa), la prueba principal de la jornada, aunque mantuvo una regularidad envidiable y que jamás en su campaña la vio llegar más allá del tercer lugar.

Por la parte externa de la pista, Royal Flag protagonizó una recta final que se pasó de intensa junto con Bonny South y con Graceful Princess, la hija de Tapit y la campeonísima Havre de Grace (Saint Liam), tercera a la cabeza. Pareció por un momento que la Candy Ride lograría el objetivo, pero la yegua de Juddmonte Farms le puso freno a sus aspiraciones.

Atendida por Brad Cox y con Florent Geroux en sus riendas, una dupla que hace estragos hace tiempo, Bonny South se reencontró con su mejor forma después de algunos meses y de amagar en 2020 con ser una de las potrancas más importantes de la temporada, tras vencer en el Twinspires Fair Ground Oaks (G2) y quedar segunda en el Alabama Stakes (G1).

La que dejó preocupados a todos fue la gran favorita Speech (Mr Speaker),que fue sofrenada y cruzó el disco alejadísima y al galope, evidenciando claramente algún trastorno físico que habrá que ver si es solucionable o si clausura su campaña de pistas.