La notable potranca del Stud Tinta Roja se impuso por 2 cuerpos sobre Indi Cal en los 1000 metros del Clásico Amilcar A. Mercader (L)

LA PLATA.- Sigue invicta Celestial Filly, aunque el Clásico Amilcar A. Mercader (L-1000 m, arena) la mostró en una faceta mucho más terrenal con respecto a la amplia superioridad que había mostrado en sus 4 salidas anteriores.

A 11 días de ganar el Clásico Carlos Casares (G3) en Palermo, ahora la hija de Lizard Island ratificó su posición como la mejor 2 años con una actuación de todas formas sólida, aunque haya alarmado en algún tramo del codo y hasta que consiguió dominar al promediar el derecho.

Por primera vez sintió el látigo la alazana del Stud Tinta Roja, que vino corriendo tercera mientras Toda Negra (Nashville Texan) salía a marcar el paso con parciales sostenidos al frente. En la curva apuró Wilson Moreyra con la gran favorita (pagó $ 1,10), a la que no le fue tan fácil alcanzar la delantera. Una vez allí, fue como que se enfocó un poco más y pudo marcar diferencias, llegando al disco con su jinete sosteniendo.

A 2 cuerpos, como en el Casares, volvió a escoltarla Indi Cal (Emperor Richard), aunque aquella vez la diferencia entre ambas había sido de 6 largos; algo cambió. A la cincha, la valiente Toda Negra cerró con un positivo tercer puesto, todo tras muy buenos 59s7/100. El resto casi que no contó.

Desde su estreno en noviembre Celestial Filly corrió y ganó 5 carreras, mostrando precocidad, velocidad y capacidad, pero también, aunque no parezca, haciendo un esfuerzo. Da la sensación de que ahora llegará el momento de elegir para su gente, pues con el aumento de las distancias correr “todas” será imposible.

Las opciones son claras: o quedarse en el Bosque para seguir su línea clásica pensando en algún enroque con los máximos, o apuntar al Clásico Saturnino J. Unzué (G2), otra vez en la arena de Libertador y Dorrego, pero ya sobre 1200 metros, carrera que tiene fecha para el sábado 4 de marzo, ahí nomás en materia de tiempos.

Celestial Filly cumplió el cometido, sigue con su foja intacta y como líder de la incipiente generación de potrancas, aunque de aquella versión en “otra dimensión”, pasó a una menos espectacular, aunque igual de efectiva.