El hijo de Manipulator se sacó de encima casi 4 meses de inactividad con una muy sólida conquista en el Clásico Carlos Gardel

Con Che Capanga no hay límite para soñar. La calidad del zaino fue demasiado para los rivales que le salieron al cruce en el Clásico Carlos Gardel (L-1800 m, arena) este lunes en Palermo, y ahora que se sacó la reprise de encima quedó listo para volver a los G1. Vencedor en su despedida allá por fines de junio en el Gran Premio Estrellas Mile (G1), el hijo de Manipulator buscará refrendar su dominio en la media distancia de arena el 13 del mes próximo cuando se corra el Gran Premio Palermo (G1).

Enorme favorito, para el crédito del Stud Chemeco todo resultó casi un trámite, con un estado espectacular “made in” la dupla Pellegatta/Saldivia y de la mano de una conducción serena y sin fallas por parte de William Pereyra, el jockey de la casa, que lo conoce a las mil maravillas.

Como se esperaba, fue One Samurai (First Samurai) el encargado de marcar el camino, ahora sin la obligación de trabajar para un compañero y pudiendo marcar su propio ritmo. Venía de exigir hasta la raya al mismísimo Sandino Ruler (Roman Ruler) en el Clásico Italia (G3) el reservado de Firmamento, pero esta vez mostró una versión floja, la de un puntero sin furia y con menos resistencia todavía.

Che Capanga nunca vino demasiado lejos, lo encimó en el codo y en la recta, cuando el “pico blanco” se fue a Barajas, el preferido del público dominó de lleno y le puso candado a su conquista. Se animó Sólo Candombe (Winning Prize) para tratar de darle alcance, pero debió conformarse con terminar segundo a 3 cuerpos, con 1 1/2 hasta Master Johnny (Mastercraftsman), que completó el podio.

Chemin du Ciel (Equal Stripes), Guest Seattle (Seattle Fitz) y Barolito (Stratham) fueron cruzando luego en final india, con One Samurai cerrando la marcha desconocido, todo tras 1m48s2/100, una marca razonable, aunque en nada espectacular con una cancha bastante suelta de por medio.

Con 502 kilos, Che Capanga se mostró intacto y mejoró su récord a 7 victorias sobre 10 salidas, ahora con tres de ellas sobre el nivel común, dentro de una campaña que se completa con 2 segundos y un no placé y a lo largo de la que ya consiguió recaudar 4.293.500 pesos, una mini fortuna.

Criado por Patricio Losinno en Córdoba, Che Capanga es una de las tres crías ganadoras que ya produjo Lucidezza (Orpen), vientre además de la placé de G2 Che Milonguera (Honour and Glory) y de Che Picante (Pure Prize), que supo ser cuarto en el Eduardo Casey (G2) de 2014.

Che Capanga volvió ganando y ahora afilará su cuchillo hacia el Gran Premio Palermo, donde deberá defender el cetro de la media distancia en la arena porteña. Tendrán que ganarle, sin dudas.