El hijo de Birdstone, nacido en los Estados Unidos, fue una de las figuras del fin de semana en Monterrico

Por Néstor Obregón Rossi

LIMA, Perú (Especial para Turf Diario).- La victoria de King Goldird (USA-Birdstone) este sábado en el Clásico Galeno (L-1600 m) fue una jugada de laboratorio. Martín Chuan la dibujó en la previa, la aplicó en la cancha y le salió redondo. Aprovechando su posición a los palos, sacó muy rápido al pupilo del Couet y, con la suerte de que Drama Boy (USA-Big Drama) no tuvo esa chispa inicial de otras veces, empezó a construir una victoria en base a un tren a su medida.

Porque cuando King Goldbird quedó en el comando, tras discutirse algunos pocos metros a Warrior Heart (Lord Justice), Chuan decidió bajarle los decibeles y mantenerlo quieto un rato, hasta que Drama Boy, ya recuperado y vivaz, le fue a presentar batalla. El primer parcial de 23s96/100 y el segundo de 24s30/100 es una señal de ello. Y esos pocos segundos de oxigenación en el puntero fueron fundamentales para el final. Porque King Goldbird aguantó la carga de su enemigo a la altura de los 1000 y aceptó la invitación de no darse tregua en la delantera y convirtieron desde ahí un match el clásico en homenaje al crack hijo de Santorín.

El tercer medio lo pasaron en 23s63/100, incluso mucho más intenso que los 400 metros iniciales y a esas alturas uno empezaba a ver si Warrior Heart y Tatu Don (Arg-Equal Stripes) estaban en condiciones de poder avanzar en la definición. El primero tenía cara de poder meterse en la definición, pero el segundo, que iba a su prueba de fuego, ya no lucía fuerzas para seguir al grupo.

Así, en la recta, Chuan solamente le pidió a King Goldbird ese poco de oxígeno que le había guardado y el caballo respondió, sacando de yapa la nobleza que lo caracteriza. Se le escapó a Drama Boy, que pese al castigo ya no se pudo acercar. Y Warrior Heart amagó, pero su deseo de intentar sorprender quedó solamente en eso: Deseo. King Goldbird terminó estirando medio cuerpo y alcanzó la primera victoria clásica de su campaña, esa que venía reclamando desde hace algún tiempo. En víspera de alcanzar los seis años de edad, parece ya estar en las condiciones de afrontar con madurez estos tiros, descartando de plano seguir intentando en pruebas de mayor recorrido.