El hijo de Il Campione ganó el Clásico Otoño (G2) para el Haras Pozo de Luna, cuyo equipo había tenido una decepción temprano ante la baja de Irideo en el Frank E. Kilroe Mile (G1) de Santa Anita

Por Diego H. Mitagstein

Dicen muchos que no hay mal que por bien no venga, y de eso puede dar cuenta el equipo del Haras Pozo de Luna, que arrancó el sábado con la pésima noticia de que Irideo (Easing Along) se quedaba afuera del Frank E. Kilroe Mile (G1) de Santa Anita Park, en los Estados Unidos, y lo terminó tocando el cielo con las manos tras la victoria de Clapp en el Clásico Otoño (G2-2000 m, arena), el pase central de la estupenda -e insoportablemente calurosa- jornada que se vivió en el Hipódromo Argentino de Palermo.

Después de haber llegado sexto, aunque a menos de 2 cuerpos, de Miriñaque (Hurricane Cat) en el Gran Premio Miguel A. Martínez de Hoz (G1), el potrillo volvió a la pista donde había tenido un mal debut (fue noveno) para subir varios peldaños en el ranking de los fondistas y picar en punta dentro del Campeonato de Oro, que comenzó ahora y tendrá sus próximos pasos en los grandes premios de Honor (G1) y República Argentina (G1).

Fue un triunf trabajoso, en el que el zaino preparado por Alfredo Gaitán Dassié y su equipo tuvo que mostrar mucha garra, sobre todo en el final, cuando el puntero Super Inter (Super Saver) se puso durísimo tras un desarrollo que le demandó un desgaste importante. Fue mano a mano entre los dos en las cuadras finales, que la mano firme de Brian Enrique terminó inclinando hacia el lado de Clapp.

Decidido, Eduardo Ortega Pavón ubicó al frente a Super Inter ni bien se abrieron los partidores, con Western Camp (Orpen) saliendo a perseguirlo y Balsamic arrimándose ya desde el opuesto, tras no tener la mejor largada y desde la posición más abierta, incómoda al máximo ante el trazado de los dos kilómetros en Avenida del Libertador y Dorrego.

Enrique, en tanto, dejaba en la mitad del grupo a Clapp, que lució algo incómodo cuando se movió con compañía, y mucho más fácil cuando en el codo encontró libertad por una cuarta línea. Para esa altura, Balsamic empezaba a poner en aprietos a Super Inter y los dos llegaban al derecho luchando mano a mano.

Parecía se iba a dar un final como el del Clásico Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (L), pero Balsamic aflojó y fue Clapp el que se agregó a la pelea para trenzarse con Super Inter y desnivelar todo sólo en los 50 metros finales, venciendo por 3/4 de cuerpo. A otros 4, Dreaman (Galicado) volvía a ser competitivo para terminar tercero, 2 largos por delante de un Balsamic apagado y que cumplió su peor actuación en mucho tiempo. El resto, no contó.

En apenas su quinta presentación, Clapp se hizo ganador de grupo en 2m1s71/200, una marca más que atendible, y le dio a José Cerrillo, Fernando Fantini, Tomás Larrain y todo el equipo de Pozo de Luna una alegría que llegó en el momento justo, haciendo olvidar el machucón que los había privado de volver a ver correr a Irideo en un G1 en el norte.

Clapp es hijo del consagrado Il Campione, cuyo único límite parece ser el cielo, y tiene por madre a Carmenere (Easing Along), esta una hija de la notable Cuan Linda (Dynamix), que en Chile supo ganarle a los machos en el consagratorio St. Leger (G1) y aquí dejó ver su talento cuando se impuso por 10 cuerpos en el Clásico Chile (G3) de 2010, también preparada por Gaitán Dassié.

El Clásico Otoño proyectó el nombre de Clapp y confirmó a un generoso Super Inter. Los dos se verán ahora con los máximos referentes de la división en el lo que viene, en duelos que prometen ser imperdibles en la continuidad del Campeonato Palermo de Oro…