La reservada de Santa María de Araras superó por 3 cuerpos a Garota Love para llevarse el Clásico Melgarejo (L)

Dando un pasito atrás en la distancia y en las exigencias, la rendidora Coriane se hizo ganadora clásica. Con suficiencia, la reservada de Santa María de Araras se impuso en el Melgarejo (L-1400 m, césped), la primera de las dos carreras por encima del nivel común que ofreció este sábado el Hipódromo de San Isidro, que otra vez salió perdiendo cuando debió “competir” con un partido de la Selección Argentina de fútbol por el Mundial de Qatar.

Bajo escala de peso por edad, y enfrentando varias potrancas, la hija de Daniel Boone fue imparable cuando arrancó abierta en el derecho para terminar desprendiéndose, resolviendo con contundencia una carrera que en la previa lucía bien pareja. Con Brian Enrique -que reemplazó al accidentado Francisco Leandro- en sus riendas, la zaina nunca vino lejos en un lote compacto y que lideró Garota Love (Cosmic Trigger) junto a los palos.

Ya frente a las tribunas, Gustavo Calvente intentó disparar con la vanguardista, después de parciales medidos de 24s48/100 y 48s23/100, pero la táctica no tuvo el final feliz esperado. Movió Enrique por fuera con Coriana, que salió rápido, dominó por los 200 metros y terminó derrotando por 3 1/2 cuerpos a Garota Love, con la 3 años Doña Factura (Orpen) llegando tercera a 1 largo, todo tras 1m21s47/100.

Atendida por Carlos D. Etchechoury, Coriane venía de terminar cuarta en el Clásico Carlos P. Rodríguez (G2), sobre una milla, una distancia sobre la que hasta ahora no pudo lucirse, luego de 3 intentos. En cambio, entre los 1200 y los 1400 metros está su fuerte y no hay mejor evidencia que decir que sus 5 éxitos hasta el momento llegaron en esos tiros.

Coriane es la segunda cría de la destacada Candy Marie (Pure Prize), ganadora de los grandes premios Gilberto Lerena (G1) y Criadores (G1) y de los clásicos Bullrich (G2), Correas (G2) y Apertura (G3), en la familia materna que dio al enorme City West (Candy Stripes) y al crack Candy Ride (Ride the Rails), aunque esta es la rama que desarrolló Santa María de Araras desde Candy of Mine (Candy Stripes), y que le dio excelentes resultados.