El entrenador argentino piensa en la rehabilitación de aquella y espera por la segunda

LIMA, Perú (Especial para Turf Diario).- Ignacio Correas no necesita mayor presentación. De una familia con tradición en el deporte, viene haciendo una campaña más que meritoria en los Estados Unidos, país donde lleva radicado 18 años. Y ahora, como responsable de Cascanueces (USA-Smart Strike), la campeona peruana que intenta demostrar sus dotes en el mercado norteamericano.

Pero el entrenador de grandes caballos argentinos como Blue Prize (Pure Prize), Kasaqui (Lasting Approval) y Doña Bruja (Storm Embrujado), ahora también estará a cargo de la preparación de Juliana (Eye On Jacob), otra campeona local, que llegará en los siguientes días para ponerse bajo su cuidado. Amigo entrañable de Jacinto Herrera y jefe de las campañas de caballos de propietarios peruanos como Andrés Bezzola y Peter Koechlin, nos habla de todo un poco en esta charla con Perú Hípico:

-¿La pregunta de cajón es qué te pareció la más reciente carrera de Cascanueces? Lo que se vio por televisión es que la yegua no respondió nunca.

-Bueno, lo que me dijo José Valdivia cuando se bajó de la montura es que no entiende qué pasó. La yegua salió bien, pero a los pocos segundos botó el bocado y ya no tenía velocidad. No quiso correr. Sinceramente no sé qué le pasó. La carrera es completamente falsa, a todas luces.

-¿Y cómo está ella ahora?

-Llegó el miércoles al stud (en Keeneland, centro de operaciones de Correas) y la noté bien. Comió toda la ración, no se le vio tensa. Pero igual está todo medio fresco, habrá que verla en los siguientes días.

-¿Con la experiencia que tienes, se puede esbozar alguna teoría sobre lo que puede haberle pasado?

-Vos sabés que los caballos tienen días buenos y días malos. Nos habíamos ilusionado mucho luego de la carrera anterior, que fue buenísima, pero esta vez no sé qué le pudo haber pasado. Sin embargo, por ahí puede ser el tema del viaje. Es una yegua que cuando le ha tocado salir de su hábitat no ha respondido. Cuando la tenía Pletcher, la enviaron a Canadá y también falló. Pero qué se yo. Los caballos son así. El mismo Hi Happy demoró en ganar su primera carrera aquí y al final se impuso en un G1. Por eso te digo que lo prudente es esperar para ver cuál es el siguiente paso a dar.

-Apelo nuevamente a tu experiencia para preguntarte sobre ella en particular. ¿Qué características tiene y qué talento le ves?

-Me gusta su aceleración. Tiene un cambio de velocidad que llama la atención. Además es una yegua que hace las cosas bien en privado. Jacinto Herrera la ha galopado y el mismo Martín Chuan se subió a ella aquí y me lo confirmaron. Cascanueces tiene un enorme potencial y está sana. Y te digo más, ella estaba para pelear el clásico que corrió. No es que las rivales hayan sido muy superiores. Va a tener su revancha y se lo merece. Una yegua que se gana los Oaks a los 2 años y medio, enfrentando a las mayores, no es poca cosa en ninguna parte del mundo.

-Se confirmó que en los siguientes días llega Juliana a tu cuadra. ¿Qué sabes de ella?

-Que es otra yegua muy corredora y muy grande. Increíblemente grande. Sé que es doble coronada, al igual que Cascanueces y lo que toca es esperar que llegue, que se aclimate y luego planificar qué se va a hacer.

-¿Hay alguna meta puntual?

-No, en verdad. Yo suelo trabajar con prudencia. Lo que yo te hablo de ella es por lo que he visto y me han contado, pero prefiero ver cómo se adapta, qué tipo de velocidad tiene, cómo se desenvuelve al girar los codos. Porque aunque parezca algo sencillo, las curvas aquí son más estrechas y cerradas que en los hipódromos sudamericanos. Y hay que ver cómo se adaptan a ellas. Una vez que evalúe todo eso, recién armaré una especie de hoja de ruta.

-Hablemos de Jacinto. Viene trabajando a tu lado desde su llegada a los Estados Unidos. ¿Seguirás apoyándolo con más montas?

-Mirá, a Jacinto lo conozco desde su llegada a la Argentina. Tanto así que él llegó a mi casa el primer día que arribó a Buenos Aires y desde allí nació una hermandad, más que una amistad. Con mi esposa somos padrinos de sus hijos; los queremos muchísimo. Sé que ahorita él está en Perú y regresa a fin de mes, pero entiendo que se va a Monmouth Park, a seguir la campaña.

-¿Cómo lo ves en su regreso a las pistas?

Animado, como siempre. Él es una persona a la que le gusta montar. Le gusta correr. Pero lo que siempre le dije que hiciera luego del accidente es que se cuide. Él no puede exponerse a otro accidente. Y aquí en los Estados Unidos, cuanto más chico sea el hipódromo donde corras, más expuesto estás. Un jockey en Sudamérica va a correr a cualquier país de la región y ya sabe contra quién compite. Y viceversa. Y se cuidan, se miden. Aquí vienes a Nueva York o Kentucky y pasa más o menos igual. Ya sabes cómo corre Ortiz o Velásquez. Pero si empiezas a ir a circuitos más pequeños ya no es lo mismo. Ni te conocen ni los conoces. Y el riesgo aumenta. Pero por lo demás, es el mejor jockey que he visto en mi vida. Ganaba con caballos que no lo hacían con ningún otro, que uno llegaba a creer que estaban hechos exclusivamente para él.

-También entrenas caballos de propietarios peruanos como Andrés Bezzola y Peter Koechlin. Y precisamente, el fin de semana, ganaste con uno del Stud Recoveco llamado Peruvian Boy. ¿Qué planes con ese caballo?

-Bueno, ante todo, Andrés y Peter son dos excelentes personas. Con ellos, al igual que con Willy Saba, tengo una excelente relación y les agradezco la confianza depositada. Peruvian Boy, en efecto, ganó bien, pero no de la forma como esperaba, sinceramente. Creo que tiene para mucho más. No podría decir cuál será la siguiente actuación porque aguardaré un par de semanas a que salga todo el programa de carreras, pero tal vez pueda irse al Arlington Futurity, el septiembre.

Néstor Obregón Rossi

www.peruhipico.net