Completando una semana fantástica, el jockey apeló a “La Gran Falero” para ganar el Clásico Carlos Tomkinson (G2)

Cuando Pablo Falero llegó a la Argentina, en 1991, rápidamente mostró su talento, se convirtió en el mejor y hasta patentó “jugadas”. Una de ellas, esa que la tribuna bautizó como “La Gran Falero”, hablaba de guardar energías con sus conducidos cuando venía al frente y era alcanzado o superado, para volver en los tramos finales y arruinar los festejos ajenos.

Después de 28 años, de 8000 carreras ganadas y cuando quedan ya unas pocas semanas para que cuelgue finalmente la fusta, el fenomenal, único e irrepetible jockey uruguayo sigue sacándole lustre a su “maniobra” preferida. Así de grande es.

Todos ya lo estamos empezando a extrañar, sabedores de que el fin de una etapa maravillosa está a la vuelta de la esquina, pero en esta, su temporada del adiós, Pablo Gustavo Falero viene deleitando a sus fanáticos -y hasta a sus, siempre a mano, contras- con victorias para rendirle pleitesía, como la que alcanzó este sábado en el Hipódromo Argentino de Palermo con Touch the Sky en el tradicional Clásico Carlos Tomkison (G2-1600 m, arena).

Echando mano a su táctica favorita, aprovechó al máximo las bondades de un desarrollo sin punteras, no sólo para ubicar a la hija de Not for Sale al frente, sino para prácticamente obligar a que la gran favorita Royal Vision (Pollard’s Vision) tuviera que marcarla de cerca para evitar que su adversaria se floreara.

Después de parciales de 23s19/100, 45s86/100 y 1m9s83/100 para los 400, 800 y 1200 metros iniciales, Touch the Sky, por dentro, y Royal Vision se trenzaron frente a las tribunas en un mano a mano vibrante. Wilson Moreyra ya pegaba con la favorita mientras Falero aguardaba por dentro, al mismo tiempo que desde atrás y por el centro de la cancha Gran Optima (Grand Reward) se sumaba a la pelea.

Exigió por fin de lleno el uruguayo a Touch the Sky, la hizo cambiar de mano y la zaina volvió para quedarse con todo en los metros finales, postergando finalmente por el pescuezo a Gran Optima, con Royal Vision  en tercero a medio largo, pagando caro el tener que “correr al revés”. Sonnet (Greenspring) decepcionó con su lejano cuarto lugar y Emerit Nistel (Van Nistelrooy) terminó cerrando el lote, todo tras 1m35s80/100.

Atendida por Juan Bautista Udaondo en el Campo 2 de San Isidro, el debut gradual no podía haber sido mejor para Touch the Sky, que venía de fallar en un handicap platense. Con cuatro años, ahora son 4 sus éxitos en sólo 13 presentaciones, totalizando premios por 1.561.710 pesos.

Segunda cría de la ganadora de G1 Tarsilia (Roman Ruler), dueña del Eliseo Ramírez (G1) y del General Luis María Campos (G2), Touch the Sky es una de los tantos buenos corredores que dejó con el paso de los años y tanto en La Quebrada como en Vacación la familia de Trinidad (Make Tracks), a la cual también pertenecen Triumphal (Logical), Southern Filly (Southern Halo), Tamora (Salt Lake), Timberline (Easing Along), Trincheta (Salt Lake), Travel Time (Southern Halo) y Tricker (Fort de France).