El hijo de Exchange Rate sostuvo un mano a mano con Expressive Smart, lo desniveló en el derecho y terminó venciendo por 2 cuerpos en el Clásico General José de San Martín (G3)

Pocas distancias impactan más que la milla. Hay que correr ligero y llegar ligero, es la única forma de ganar, principalmente en las carreras importantes. Siempre tienen a mano espectáculos atractivos, que eclipsan, como el que se vivió este jueves en el Hipódromo de La Plata con una versión Clase A del Clásico General José de San Martín (G3). Si bien la ausencia de Storm Dynamico (Dynamix) no fue para nada menor, Don Empeño (Exchange Rate) y Expressive Smart (Expressive Halo) se encargaron de suplir aquella baja en un match que se prolongó desde las gateras hasta bien entrada la recta, poniendo en la pista un despliegue de clase para el aplauso. 

Fue un mano a mano, casi en “formato cuadrera” el que ofrecieron el zaino de San Benito y el alazán de El Clan Corrientes, rompiendo los relojes en cada parcial, primero con este último manteniendo una leve ventaja sobre su adversario, pero ya desde la curva corriendo a la par. Una vez en el derecho, poco a poco el gran favorito fue empezando a dominar hasta sacarle en la meta 2 cuerpos a Expressive Smart. Los parciales no hicieron más que confirmar el vértigo que se pudo ver por la tele (inexplicablemente el público sigue sin poder entrar a los hipódromos de la provincia de Buenos Aires, aunque estén abiertos los restaurantes, los cines, los shoppings…), pues se establecieron 23s21/100 para los 400 metros iniciales, 45s16/100 para los 800 y 1m8s87/100 para los 1200 metros, datos que son razón suficiente como para que el remate del ganador no haya sido de los más lujosos hasta redondear el espectacular 1m35s86/100 final. 

A 1 1/2 largo, atropellando, Chemin du Ciel (Equal Stripes) completó la trifecta, con Asiatic Till (Asiatic Boy) y Guapo Como Yo (Catcher In the Rye) completando el marcador rentado a 2 y 10 cuerpos, respectivamente.

Fabricio Barroso estuvo preciso en las riendas del pupilo de Carlos D. Etchechoury al que presentó Juan Manuel, pues evitó la lucha temprano, le puso el cuchillo al porteño cuando era le momento y en la recta dominó cuando los libros lo indicaban.

Don Empeño ratificó su posición como el líder en la media distancia sureña, pues en su presentación anterior había ganado el Clásico 25 de Mayo de 1810 (G2), a expensas de Storm Dynamico, aunque sangrando, lo que le valió una suspensión por parte del Servicio Veterinario sureño.

Desborda velocidad en su pedigree Don Empeño, no sólo por ser hijo de Exchange Rate, sino porque Doña Ley (Orpen), su madre, fue Campeón Velocista de 2011, cuando ganó los grandes premios Suipacha (G1) y Félix de Alzaga Unzué (G1), y Doña Polenta (Candy Stripes), su abuela, fue otra sprinter excepcional, que, si bien no triunfó en G1, logró 10 primeros en la corta, 9 de ellos en el plano gradual.

Para Don Empeño llega ahora una etapa de la temporada con múltiples posibilidades, ya que o bien puede regresar a San Isidro y Palermo para los grandes premios de la distancia que se vienen, o permanecer en el sur a la espera del Gran Premio Joaquín V. González (G1) del 19 de noviembre próximo.

Invicto en los eucaliptos, la ruta local parece estar a pedir de boca del gran caballo de San Benito, más allá de que seguramente pronto aparecerá en el horizonte otra vez la figura de Storm Dynamico para pedirle revancha de aquella derrota en el 25 de Mayo. Lo espera con los brazos abiertos Don Empeño, para volver a ganarle.