Pronto habrá nuevas autoridades, con la esperanza de la llegada de un hombre de turf

LA PLATA.- Podría decirse que el Gran Premio Dardo Rocha (G1) marcó el fin de un ciclo en el querido hipódromo de esta ciudad. Va llegando a su fin la gestión de José Malbrán como Administrador General, un nuevo funcionario estatal que deja su marca negativa en el Bosque, allí donde desde hace ya muchos años, y salvo breves excepciones, la historia viene sufrida. El final del “episodio” fue “a todo orquesta”, con una versión de la carrera que, salvo por la amplia concurrencia y por la fuerza que le dio el triunfo de Pablo Falero en las riendas de Solo Un Momento (Orpen), dejó muchísimas quejas.

Incomodidades, desorden, un atraso inconcebible de más de una hora y diez minutos y el “desprecio” por el burrero fueron bandera como una queja común: “fue el peor Rocha en mucho tiempo”, tal como expresaron varios hípicos que cumplieron la aventura de estar presentes.

Es una pena, una verdadera pena que el Hipódromo de La Plata no aproveche todo el potencial del Rocha. Con instalaciones venidas literalmente abajo, otra vez el cariño por el turf de propietarios, profesionales y aficionados provocó salvó la ropa. El sentimiento de todos ellos hacia la actividad es incondicional, todo lo contrario a lo que ocurre con los dirigentes, muchos de ellos en retirada y que, seguramente, será difícil vuelvan a pasar por un lugar que jamás aprendieron a querer.

Los esfuerzos de Gustavo Gaudia por encaminar la cosa no fueron suficientes. Uno de los pocos “hípicos de carrera” en los eucaliptos, siempre tuvo por encima la figura de Malbrán, que dejó una gestión acorde a la línea que bajó desde Lotería con Matías Lanusse, a la cabeza, y más arriba con la Gobernadora María Eugenia Vidal: al turf, lo menos posible. Inentendible en un contexto de falta de trabajo general.

Fue esta Administración la que, por ejemplo, decidió no tener señal en vivo por internet de los programas de La Plata, aunque este martes quedó en evidencia el mamarracho que resultó la “idea”, con todo el país burrero mirando la jornada por diferentes links que corrieron por las redes. Se decía combatir el juego clandestino, pero semejante “despliegue televisivo” encendió las alertas. Lo más sano y lógico sería reinstaurar la señal, total, mejor que el público disfrute las carreras del sur por la propia emisión del hipódromo que fomentar lo que se vivió con el Rocha.

En poco tiempo cambiará el color del Gobierno y se esperan las nuevas designaciones en Lotería y el propio hipódromo. La ilusión es que alguna vez alguna vez se haga cargo alguien con intención de proyectar nuestra querida actividad y potenciarla. Una esperanza eterna y que con el paso del tiempo va muriendo de a poquito…

Diego H. Mitagstein