El mundo despidió a Ignacio Pavlovsky, un hombre que marcó época en el turf

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El notable veterinario falleció a los 76 años y dejó una huella indeleble en la hípica

Ignacio Pavlovsky fue un maestro entre los veterinarios; capaz de levantar de la nada un haras y echar a rodar Santa María de Araras; recomendó la compra de muchos de los caballos que luego serían destacados representantes del turf argentino a nivel internacional; buen padre y amigo. Pero, por sobre todas esas cualidades de las que jamás presumiría, “Nacho” fue un gran tipo.

Peleó con mano firme y corazón con una salud que se había deteriorado en las últimas semanas, hasta que el último sábado, justo el día del Jockey Club y a dos día de cumplir 76 años.

Uno de los primeros en hacer crecer la fama de San Antonio de Areco y Capitán Sarmiento como cuna del SPC en la Argentina, Pavlovsky fue un innovador, un profesional que siempre se mantuvo actualizado, que introdujo en el prácticas que en su momento eran casi una osadía y que hoy son de las más comunes.

Padre de Ignacio, Iván y Agustín, los tres relacionados con el turf, “Nacho” tuvo “link” directo con nombres como los de Paseana, Candy Ride, Bayakoa, Fain, Angel Penna, Allez France… Su experiencia y su legado fueron enormes.

Ignacio Pavlovsky no podía con su genio, y por eso, en una de sus últimas charlas con “Nachito” una de sus mayores preocupaciones era qué caballos iban a correr el Jockey Club en su querido San Isidro. Se fue un crack, un hombre formado y generoso, maestro de tantos veterinarios alrededor del mundo. Un mundo que lo despidió con todos los honores. Se lo tenía ganado.