Por Mauro Verna – Médico veterinario – masters sciences – cirujano diplomado acvs (USA) – mp 8802

La cuarentena que se viene aplicando en todo el país, bien tomada y ejecutada por las autoridades y la mayoría de la población, a mi parecer, va a generar una situación económica muy compleja que se suma, a la problemática que ya vivíamos. Pero, mas allá de las consecuencias que dejará el Covid-19, debemos conocer los inconvenientes que lleva el detener la actividad físicas de los caballos de carreras, como, especialmente, se está viendo en el Hipódromo de La Plata donde se determinó el cierre completo. Aunque, es justo decirlo, lo que sucede en las otras pistas oficiales con horarios de training reducidos, tampoco es óptimo.  

Hay dos grandes problemáticas que pueden surgir de la falta de actividad de nuestros atletas: digestivo y musculoesqueléticos. Esta muy demostrado que la limitación del ejercicio en los equinos, por lesiones de distintas índoles, como una lesión de un tendón, los predispone a disminuir el tránsito intestinal, con una mayor posibilidad de sufrir cólicos por impacciones. 

Esto es el cúmulo de alimento  dentro del tracto intestinal que, en caso de no ser tratado apropiadamente, sufre el potencial riesgo de romper el intestino generando un shock en el caballo con su posterior muerte. Dada las circunstancias actuales, se sugiere administrar la mínima cantidad de granos, mantener pasto de buena calidad y agua fresca y limpia a libre disposición durante todo el día. Y es muy importante que caminen por los menos 15 a 20 minutos mañana y tarde. 

Las lesiones ortopédicas son otro riesgo, pero que, a diferencia de los temas digestivos, no se van a observar durante la cuarentena, sino cuando se retome la actividad. Las distintas estructuras como huesos, tendones o ligamentos llevan un tiempo de adaptación al stress del ejercicio; al mantenerse inactivos por un tiempo prolongado, esta plenamente demostrado que esas estructuras, por ejemplo, los huesos, van perdiendo su resistencia ósea (el organismo al percibir que ese hueso no recibe impacto, va a remodelar el mismo restándole fortaleza). 

Cuando vuelve al entrenamiento, los músculos se adaptan más rápido al entrenamiento y comienzan a imprimir más velocidad a las articulaciones y huesos, que “estuvieron descansando” sin actividad, de esta manera el riesgo de sufrir fractura con el reinicio de la actividad sube. Comúnmente, cuando algún caballo queda sin realizar ejercicio por una lesión determinada, su reintroducción al ritmo normal es gradual de acuerdo a la recuperación de la lesión (ejemplo: cuando hay una lesión de un tendón se va recuperando muy despacio) . Pero en el caso particular de los caballos que quedan sin actividad y que venían entrenando en forma normal, es frecuente ver que exista una reintroducción al entrenamiento más rápido ya que lo observan normal.  

Por eso se sugiere, desde el punto de vista veterinario, mantener al atleta en actividad por su salud presente y futura, situación que va a permitir que pueda volver a entrenar y competir en el menor lapso de tiempo posible, preservando su saludo.