El hijo de Orpen, tuerto de su ojo derecho, le dio finalmente el triunfo tan buscado en la emblemática carrera platense al Haras Firmamento

Quizás Emotion Orpen no sea un crack de esos que no se olvidan nunca, pero lo que nadie podrá negarle es que tiene un corazón gigante y un talento que lo distingue, cualidades que en el jueves del Hipódromo de La Plata se combinaron con su gran actualidad para que se quedara con la versión número 100 del Gran Premio Dardo Rocha (G1-2400 m, arena), la carrera más importante de cada temporada en el Bosque.

En la misma cancha que de potrillo lo había visto ganar su primer G1 cuando el Gran Premio Provincia de Buenos Aires (G1), el hijo de Orpen demostró ser el mejor fondista del momento sobre pista de arena con una actuación de altísima calidad, transformando su recta final en un canto a la nobleza, en superioridad plena sobre los 10 rivales que le salieron al cruce.

El caballo que Firmamento se reservó por su condición de tuerto terminó por darle a la cabaña de Juan Carlos Bagó esa victoria en el Rocha que no se había podido dar hace unos años con el tordillo Giacom (Giacomo), que lo intentó sin suerte en 3 oportunidades.

A Emotion Orpen, en cambio, le “alcanzó” con dos actuaciones en la carrera emblema de los eucaliptos para sacarse las ganas y la “bronca” que había dejado el cuarto de hace doce meses. Más hecho, en ritmo, sano, cubriendo todos los casilleros necesarios como para pretender quedarse con un trofeo siempre tan competitivo, aunque allá por los 1200 metros, cuando se estiró y obligó a Francisco Leandro, su jockey, a moverlo, más de un corazón se paralizó en el equipo de la gaviota.

Si bien los parciales no lucían severos en el reloj (28s4/100, 53s74/100, 1m18s14/100 y 1m42s9/100), la actitud de los participantes no coincidía con los registros. Keen (Storm Surge), Special Dubai (E Dubai) y Perverso Dubai (E Dubai) luchaban a brazo partido, y el resto hacía esfuerzos para seguirlos.

Primero renunció Perverso Dubai y al pisar el derecho fue Keen el que se fue a barajas. Allí empezó a crecer la figura de Emotion Orpen, que se armó, cambió de mano y salió como disparado, pasando de largo en el derecho al porteño Special Dubai (E Dubai) para finalmente batirlo por 2 1/2 cuerpos, con el uruguayo Little Vicky (T.H. Approval) en tercera posición a otros 5 largos, todo tras 2m31s83/100 con un parcial complementario para los dos kilómetros de 2m6s30/100. Keen, Perverso Dubai y Vertical Dubai completaron el marcador rentado, ese del que faltó Solo Un Momento (Orpen), cuyo intento por ganar un segundo Rocha terminó en una pálida performance.

En la importada Unavailable (Distorted Humor), una hija de la fenomenal Emotion Parade (Parade Marshal), que fuera la mejor de su tiempo también con la chaquetilla de la gaviota, Emotion Orpen le dio doblete de G1 al preparador Alfredo Gaitán Dassié, cabeza del equipo que completan sus hijos Nicolás y Lucas.

El profesional expresó tras el triunfo: “Estoy muy emocionado por mi tercer triunfo en el Dardo Rocha, y que llega con un caballo al que le tengo un cariño enorme, que cualquiera lo puede subir de tanta calidad que tiene. Me asusté en el opuesto cuando se estiró, pero cuando se arrimó en la recta y cambió de mano arrancó fuerte para poder ganar. Por su condición, al no ver de su ojo derecho, debe venir abierto para saber que tiene a sus rivales por dentro, pero todo lo supera con clase. Es el primer triunfo de Firmamento en esta carrera y eso es una doble satisfacción para todos nosotros, porque sabemos todo lo que lo soñaron. Mis hijos están conmigo trabajando y es otro motivo de orgullo. Fue un año complicado con la pandemia, pero lo estamos cerrando bien, con carreras y con la actividad en movimiento”.

Lucas, una de las “manos derechas” de Alfredo, también dio su punto de vista: “Para todo nuestro equipo es una alegría gigante, empezando por el Doctor Juan Carlos Bagó, pasando por los capataces, el peón, los veterinarios. Ninguna victoria puede conseguirse sin la ayuda de todos”.

Emotion Orpen esta vez pudo ganar el Dardo Rocha, la carrera soñada por Bagó y todo su grupo, en el hipódromo donde sus colores siempre son protagonistas, bien cerquita de Villa Elisa, allí donde tiene montada parte de su estupenda estructura y donde los festejos se vendrán pronto.