En una gran labor, el campeón sudamericano fue el caballo preparado en USA mejor colocado ante la sorpresa de Order of Australia

Lo mejor que dejó el muy importante cuarto puesto que alcanzó el crack brasileño Ivar en el Breeders’ Cup Mile (G1-1600 m, césped, US$ 2.000.000) es lo que vendrá en el futuro. Todavía joven, con apenas un puñado de carreras como experiencia, el mejor dos años de 2019 en argentina ya es uno de los mejores milleros del mundo, tal como lo demostró en Keeneland, siendo el caballo entrenado en los Estados Unidos mejor colocado en la prueba.

En un examen durísima, de una exigencia mucho mayor a cuando se impuso en el Shadwell Turf Mile Stakes (G1), el hjijo de Agnes Gold no encontró el desarrollo que mejor podría haberle caído, y quedó a sólo 2 cuerpos del irlandés Order of Australia (Australia), que entró como suplente en reemplazo de One Master (Fastnet Rock) para encabezar el 1-2-3 de Aidan O’Brien y Coolmore, dando una de las sorpresas más grandes en la historia de la carrera.

A US$ 73,20, el vencedor rompió todos los pronósticos, incluso, debiendo cambiar su jockey a último momento, con el francés Pierre-Charles Boudout reemplazando al belga Christophe Soumillon, al que un contagio inoportuno de Covid-19 le hizo perderse de ganar el Mile y también el Turf (G1). Una “piedra…”.

Con Joseph Talamo en sus riendas, Ivar partió alerta y rápido encontró una posición por tercera línea y en la mitad del pelotón, para llegar a la primera curva como pretendía su equipo. En una cancha rápida, fue Halladay (War Front) el que marcó el camino, corriendo parejo, no volando, pero firme. 

Sin embargo, en el último codo todo cambió. De golpe, todo se movió y allí Ivar se desarmó un tanto, pisando el derecho en buen lugar, pero debiendo rearmarse para ensayar la aceleración final. Cuando lo consiguió ya era tarde, aunque descontó para meterse cuarto en el disco, aún echándose hace adentro en pleno envión, con lo que pudo haber terminado más adelante.

Order of Australia, siempre un segundón, esta vez se calzó el traje de héroe y contuvo por el pescuezo a su compañero Circus Maximus (Galileo), con Lope y Fernandez (Lope de Vega) en tercero al anca. Un largo más atrás, Ivar tapaba sobre la raya a la yegua Uni (More Than Ready) para llegar cuarto, todo tras 1m33s73/100.

“Corrió muy bien y estamos felices. Era una carrera muy pareja, con muchos ganadores de G1. No hay excusas. Ahora sólo esperamos que quede bien y sinceramente creo que será mucho mejor y más fuerte el año próximo”, comentó un satisfecho Paulo Lobo, el entrenador de Ivar.

Order of Australia le dio el décimo tercer éxito a O’Brien en la serie de la Breeders’ Cup y uno de los más felices por el resultado era Pierre-Charles Boudot, cada día más afirmado. El francés expresó: “Es un sueño hecho realidad. Me siento muy apenado por lo que le pasó a Christophe, pero con el Covid se han vivido situaciones muy extrañas y que esta vez me terminaron favoreciendo entregándome semejante oportunidad. Order of Australia es un caballo muy veloz y la pista le vino muy bien, acelerando con fuerza cuando quedamos adelante. Tiene sus cosas, necesita un poco de ayuda para concentrarse. Me siento en la luna”.

El del Mile fue el primer triunfo clásico en la campaña de Order of Australia, un hermano materno de la campeona Iridessa (Ruler of the World), entre cuyos cuatro éxitos de G1 se cuenta el Breeders’ Cup Filly & Mare Turf (G1) del año último. No es esa la única relación en la familia con la serie pues Starine (Mendocino), segunda madre del héroe del día en la milla de Keeneland, ganó también el Filly & Mare Turf, pero en 2002.

El Mile fue todo para Coolmore, pero el crack Ivar hizo la gran carrera esperada, mezclándose entre lo más selecto de la división y sacando pasaje hacia grandes hazañas futuras. Ya maduro, en 2021 ganarle será todavía más complicado, como para que Brasil, Argentina y todo Sudamérica continúe disfrutando de un caballo de los buenos de verdad.