El potrillo mantuvo su invicto al cabo de 3 salidas y superó de punta a punta y por 1 cuerpo al crack Luthier Blues

Un día el campeón perdió, y, aunque parezca un contrasentido, el turf igual salió ganando. La hípica, como todo deporte, necesita de ídolos, de nombres llamadores, de figuras de relieve y convocantes. En Luthier Blues, hace ya unos meses, encontró una; un caballo de “origen humilde” capaz de conquistar los corazones muchas veces acorazados del burrero; de hacer que el público se vuelque masivamente a los hipódromos para verlo y aplaudirlo.

El crack se cruzó este sábado en Palermo con el primer rival que fue capaz de ganarle en más de un año, el primer caballo que lo hizo parecer terrenal, el que se ganó merecidamente la ovación del público ante su gran actuación y el que ahora le puso muchísima pimienta a la división de los velocistas, tanto, que ya todos quieren ver “la revancha”.

Labrado, de él se trata, el potrillo que había asombrado a todos ganando al galope y por varios cuerpos el Clásico Estrellas Sprint (G3) se hizo grande, le mostró a todos que aquella parte magistral era sólo el comienzo de lo mejore y venció al favorito de punta a punta, como para no dejar dudas.

Se decía en la previa desde estas páginas que la lógica indicaba que Labrado saliera a correr ligero de abajo para hacer pesar la amplia diferencia de kilos en su favor (6, en una escala de 60 a 54), y que Luthier Blues buscará marcarlo de cerca para no dejarlo tomar demasiado vuelvo, y así fue como sucedió.

Labrado hocicó al largar, y paralizó los corazones, pero rápidamente se restableció y Wilson Moreyra lo lanzó de lleno a la delantera. Por dentro, Jorge Peralta traía cerca a Luthier Blues, en ese juego de no dar demasiadas ventajas. Por los 500 el puntero seguía firme y el caballo ya tenía que ser llamado a la realidad, arrimándose.

Por un momento dio la sensación de que el Le Blues grande podría alcanzar al Le Blues chico, intentar plantearle pelea, pero en los 150 metros finales, y ante la exigencia plena de Moreyra, Labrado se mantuvo y logró cortarle la racha al crack por 1 cuerpo, “obligado” a marcar un tiempo espectacular de 53s90/100 para alcanzar la hazaña. A 1 1/2 largo más, y de atropellada, Lorenzo Rye (Catcher In the Rye) era meritorio tercero, llegando más cerca que nunca de Luthier Blues, rival con el que cayó por enésima vez.

Se dijo post carrera que Luthier Blues había sufrido cortes en sus patas, pero sus allegados se encargaron de descartarlo. “Siempre se arranca un cayito que tiene y sangra un poquito, pero quedó perfecto, por suerte”, contaron desde el Stud Kirby’s, asumiendo la derrota con tanta hidalguía como alegrían destilan ante cada victoria. Ni más ni menos que, como corresponde.

Del Stud Don Ariel, y ahora invicto en 3 salidas, Labrado es la sexta cría de Sabrina Land, una Sebi Halo sin campaña y que también produjo a los ganadores simples Alto Bermejo (Angiolo) y Land Hopper (Le Blues). En el pedigree del zaino criado en el Haras El Paraíso -como Luthier Blues- no hay grandes nombres, aunque si están dos sprinters buenos en su época como Estratégico (Excel), que se lució seguido a mediados de los ’90, y Grafitti (Gold Spring), que fuera uno de los mejores 2 años de 2000 en La Plata y luego se las rebuscó lindo en la velocidad.

Labrado pudo con Luthier Blues y los dos ofrecieron un gran espectáculo ante tribunas repletas. Fue una tarde feliz para el turf, tras una semana de preparar el duelo. Ahora llegará la revancha, y, aunque dan ganas de ya ir palpitándola, habrá que tener un poquito de paciencia. Ya llegará.