Volviendo al ruedo tras 10 meses, el hijo de Manipulator fue convincente para quedarse con el Handicap Vitelio

El Handicap Vitelio (1000 m, arena) tenía dos regresos, aunque el carisma de Sharper (Johannesburg, 57) opacaba un tanto la vuelta de otro excelente caballo como Quiero Sardina (Manipulator, 58 1/2). El “mano a mano” que se planteó entre ambos en el totalizador y, según dicen, también “afuera”, terminaría siendo para este último, que, a la hora de la verdad, se despachó con una labor convincente.

“A los piñas” de potrillo con los mejores de su generación, incluso ganando el Clásico Old Man (G3), el delicado hijo de Manipulator no corría desde hacía 10 meses, pero el descanso pareció caerle de perillas. Lejos del lógico puntero Sharper en el comienzo, Osvaldo Alderete comenzó a acercar al pupilo de Héctor Sueldo a partir de los 500 metros, capitalizó el cansancio de su adversario a partir de los 300 metros finales y, de allí en adelante, mantuvo firme la marcha para llegar a la meta con 2 cuerpos de ventaja sobre J be Dark (J be K, 60), con el pesadísimo Fauchón (El Corredor, 61 1/2) quedando tercero a otros 5 largos, todo tras excelentes 55s71/100 sobre una pista para nada “amable” con el reloj.

Criado por el Haras La Pasión y defensor del stud correntino El Remanso, Quiero Sardina parece querer recuperar el tiempo perdido y, si la salud lo ayuda, pondrá proa hacia el Gran Premio Ciudad de Buenos Aires (G1), competencia que ya animó el año último con flojo resultado.

Del otro lado del marcador, Sharper quedó apenas noveno y anteúltimo, a 16 cuerpos del ganador. El caballo más popular del país hizo lo que podía adivinarse, pues corrió firme adelante esos primeros 500 metros para luego cansarse y dejar el terreno de la definición. Resultado al margen, su paso por Palermo fue inolvidable, una caricia del pueblo burrero para un caballo que hizo historia. Su historia.