El Caballo del Año y el Derby Winner 2020 vuelven a verse las caras en medio de la edición 114 del tradicional Clásico La Copa (G2)

Por Néstor Obregón Rossi

LIMA, Perú (Especial para Turf Diario).- La del sábado, no será una edición más del ya tradicional Clásico La Copa (G2-2200 m). Será una competencia soñada y esperada, de esas que solían llevar público a las graderías de Monterrico. Y al día de hoy, aun cuando faltan dos terceras partes para que termine el 2021, una especie de candidata a Carrera del Año, si lo que uno se imagina se plasma en la pista de carreras.

El Caballo del Año y el Derby Winner del 2020 nos contarán el segundo capítulo de una historia que ambos están escribiendo en esta temporada, rumbo a lo que podría ser su clasificación para el próximo Longines Latinoamericano (G1).

La iniciaron hace poquito más de un mes, en el Clásico Aniversario de la Fundación del Jockey Club del Perú (L), el 20 de marzo. Allí, Nuremberg (foto) salía con el amplio favoritismo, intentando repetir su debut triunfal de temporada, cuando aniquiló a Ojo del Milagro (ARG-Mastercraftsman) y compañía en el Clásico Alfredo Benavides y Alfredo Benavides Diez Canseco (G3-2000 m).

Pero al frente tuvo a un caballo que no estaba para perder, que fue obstinado y que demostró un crecimiento notable para vencerlo por varios cuerpos, mientras la afición reconocía que su éxito en el Derby Nacional (G1) del 2020 no fue simplemente cuestión de oportunidades y que su título de estrella también era justa.

Un clásico para la historia

La carrera del 20 de marzo tuvo, en verdad, todos los condimentos para ser una prueba de la que se comentará en el futuro. 

No solo era el choque de dos titanes que integran una generación que cada vez se consolida más, sino que la carrera misma se debatió, discutió y habló como hacía mucho no se hacía en nuestro medio.

Nuremberg, aquella tarde, estrenaba nuevo jinete. Carlos Trujillo, su habitual conductor, se recuperaba de una inesperada operación de apendicitis y Víctor Salazar fue el llamado a reemplazarlo.

En plena carrera, el nuevo jockey tomó la decisión de tratar de controlar el ritmo de la prueba a un paso lento, pensando en que Novillero podría agotarse en su persecusión.

Pero el Derby Winner llegaba a ese duelo con un trabajo en corto sobre 400 metros, que lo dejaba avispado, ligero. Como para salir a presionar a Nuremberg desde el saque y evitar que se dispare en el comando.

Novillero, a órdenes de Martín Chuan -quien demostró conocerlo cada vez mejor- le tomó la delantera al inicio. Luego, cuando fue superado, quedó a los palos, cerca, y en cuanto Salazar quiso aquietar el tren, se le fue nuevamente encima para no dejarlo pensar. Una estrategia muy bien elaborada que fue fundamental para lo que se vio segundos después y que determinó el resultado.

Novillero nunca dejó en libertad de acción a Nuremberg y Chuan apelando a la manera de correr de su conducido, lo trajo movido toda la carrera, para que estuviera atento a cualquier cosa que podría suceder.

En la cruva final, le tiró su talento al puntero y prácticamente lo desapareció entrando a la recta final,  estirando la cancha, en medio de un paso sostenido, para vencer por casi 7 cuerpos sobre Zamindar Geral (Arg-Remote), el outsider, que avanzó a trancazos para quedarse con el placé, delante de Nuremberg.

Fue la victoria más contundente de Novillero en su campaña y la demostración de que estábamos ante un potrillo que había superado problemas físicos, que debido a la reprogramación del calendario hípico por la pandemia debió saltearse etapas, pero que ahora estaba sólido y con todo el derecho a seguir creciendo.

Sin embargo, esa misma noche se supo que el Nuremberg habia perdido un herraje en la primera vuelta. Una fotografía captó el momento y despertó más la polémica: ¿Qué hubiera pasado si Nuremberg, hubiera llevado a su jinete habitual y no sufría ese problema con el herraje?

Carrera diferente

Todas esas preguntas podrán quedar despejadas el sábado, aun cuando la carrera tenga más invitados esta vez y el desarrollo sea totalmente diferente.

Porque no es lo mismo una prueba de tres contendores sobre 2000 metros que una en la que correrán más del doble y sobre 2200 metros.

En principio, el desarrollo podría cambiar. Nuremberg, en principio, ya no asoma como el único ligero de la prueba. King Goldbird (USA-Birstone) y el mismo Siempre Alerta (Arg-Easing Along) tienen con qué lucirse rápido desde la partida.

Incluso El Puma Carranza (USA-Drosselmeyer) podría recordar sus tardes en las que le punteaba a los mejores fondistas (llámese Storm Rodrigo e Esidio), aguantando lo más que podía hasta el final. Más todavía si el martes (anteayer) le hicieron un apronte de 400 en 24s3/5 de subida, saliendo del partidor, para afilarle las ligerezas. 

En esa eventualidad, Trujillo tendrá que evaluar si vale la pena arriesgar a jugarse el ‘todo por el todo’ con Nuremberg en los primeros tramos, o si aplica la estrategia del Derby Nacional (G1), donde corrió tranquilo en seguimiento del puntero y recién fue a buscar la carrera desde el último tercio de la competencia.

Queda la experiencia de que aquella vez, Trujillo intentó atacar a Ojo del Milagro en dos tiempos, algo que no le gustó a su conducido y, por el contrario, ayudó a que el puntero se oxigenara para aguantar todo lo que pudo en la recta final. Pero Novillero, guerrero y trabajador, vino por los palos y los terminó pasando.

Puede que el planteamiento de Nuremberg corriendo en seguimiento del puntero sea una decisión más lógica sobre el papel, evitando cometer los errores del Derby, pero también es cierto que la versión 2021 de Novillero es mucho más mejorada que la que se vio la tarde de la Cinta Azul. 

Al favorito de la cátedra (recibió 11 votos contra 10 de Nuremberg) ya no le han hecho un trabajo de cuarto de milla desde el partidor, como sucedió la vez anterior, y apelarán a que la carrera se muestre ligera en los tramos iniciales para que él, motivado por Chuan desde el inicio, pueda estar prendido, lo más cerca que pueda al lote puntero y luego  desplegar ese elástico tranco que ya se hace característico.

Y como detalle final es que Novillero en sus últimas dos victorias, ha demostrado condiciones para vencer en el ‘mano a mano’. Primero ante Telésforo (Man Of Iron) en el Clásico Bradock (R-1700 m) y luego ante Nuremberg en el ya citado Clásico Aniversario de la Fundación del Jockey Club del Perú (L-2000 m).

¿Podrá algún otro aparecer como outsider? Zamindar Geral corrió mucho en el clásico anterior y ahora los 200 metros más podrían servirle, pero tendrá que estar sujeto a un tren que sea un poco más intenso al inicio o que los punteros realmente se agoten mucho al final.

El segundo episodio de esta historia está por contarse. Y reúne todos los ingredientes para hacerla realmente interesante, atractiva e imperdible. De aquellas carreras que el hípico anhela y que, aunque sea por televisión, podrá disfrutar.