Cabeza, media cabeza y cabeza señaló el marcador en favor de la yegua de Los Patrios sobre Mi Chica Bonita, Pallars y Seattle Fain

Cuando se da un final como el que se disfrutó este viernes en el Clásico Farnesio (1400 m, césped) de Palermo, el turf vive, respira aire puro; lo genera todo. Es tocar el cielo con las manos, el disfrute gigante, entender un poco porqué una vez que pica “el bichito” de las carreras de caballos, la roncha queda para siempre.

La pasión, la emoción… Todos los sentimientos se mezclaron con cuatro yeguas entregando un cierre fenomenal en el que, en tren de ser justos, hubiera sido ideal un empate entre ellas. En el último salto, en la foto, la balanza se inclinó hacia el lado de Mama Call (Master of Hounds y Susan Constant, por Sebi Halo), que no pudo hacer la punta esta vez como más le gusta, pero sacó a relucir de los 200 metros a la meta una determinación increíble, lo suficientemente potente como para postergar por la cabeza a Mi Chica Bonita (Equal Stripes), a la par de la que atropelló.

A media cabeza, Pallars (Easing Along) fue tercera, pero corrió impresionante, marcando el camino desde el salto y cediendo apenas en los 10 metros finales. Y completando ese cuadro de honor de la generosidad quedó cuarta Seattle Fain (Seattle Fitz), a una cabeza más, también valiente.

A cargo de Juan Carlos y Juan Sebastián Maldotti, y confiada esta vez al imparable Wilson Moreyra, Mama Call no cede en su interés por crecer y desarrollarse, dándole continuidad a un 2019 de alto vuelo y en el que ya debe considerársela una de las grandes referentes de la media distancia, en la pista que sea.