La campeona ganó por tercera vez el King George y el título de la mejor de todos los tiempos le calza cada vez mejor

BERKESHIRE, Inglaterra (Especial para Turf Diario).- Decir que Enable es la mejor yegua de la historia es una consideración que cada vez le calza mejor a la formidable corredora de Juddmonte Farm, la misma que el sábado hizo en Ascot al convertirse en el primer ejemplar que consigue ganar en tres oportunidades el King George VI & Queen Elizabeth QIPCO Stakes (G1-2400 m, césped), la prueba más importante de cada temporada en Gran Bretaña para los caballos mayores.

La hija de Nathaniel sobrellevó de la mejor forma un desarrollo complicado y galopó en la recta final a Sovereign (Galileo) y Japan (Galileo), los dos únicos rivales que se le animaron y a los que venció por 5 1/2 y 16 1/2 cuerpos, respectivamente. ¡Y sin esfuerzo! Nada estuvo fuera de los planes luego de que la campeona pagara la reprise secundando a Ghaiyyath (Dubawi) en el Coral-Eclipse Stakes (G1).

La 70ma. edición del King George le permitió tambiéna Frankie Dettori, el jockey de la hija de Nathaniel, alcanzar una marca, pues ahora con siete triunfos alcanzó a Lester Piggotto como los más ganadores de la carrera. Como si tanto dato no fuera suficiente, para la propia Enable el triunfo le reportó su 11mo. G1, uno más de los que consiguió hace algunos años Frankel (Galileo), con el que comparte propietario: Juddmonte Farms. Aquello de la mejor de la historia toma cuerpo con la estadística…

John Gosden, entrenador de Enable, contaría tras la carrera: “Esperaba ver una actuación semejante de su parte, pero la vida está llena de desiluciones. Recuerdo a Angel Penna con Pawneese (Carvin), a Zilber con Dahlia (Vaguely Noble), pero haberlo ganado en tres ocasiones y volviendo de una lesión, como le sucedió el año último… Sin dudas es una yegua fenomenal”.

Dettori, tan emocionado como Gosden, contó: “Nunca se hizo algo semejante, y ahora trataremos lo imposible: ganar tres veces el Arco. Es mi chica favorita, la que lo hace todo fácil. Simplemente ha tocado mi corazón.

La carrera ofreció un desarrollo especial al haber tan sólo 3 participantes, y por eso Gosden la analizó en detalle: “Con Anthony Van Dyck (Galileo) fuera de la carrera era obvio que Sovereign iba a salir a marcar un ritmo de carrera rápido, pero no alocado. Me preocupaba la pista, porque cuando llueve aquí se puede perder agarre, pero eso no sucedió. En la recta probablemente Enable haya aprovechado mucho más su stamina. Estaba preparada para correr así, andaba muy bien y tenía la ilusión de verla ganar con autoridad, como alguna vez lo había hecho Montjeu (Sadler’s Wells), al que siempre recuerdo.

El entrenador también guardó palabras de elogio para Khalid Abdullah, propietario de la campeona: “Es un propietarios magnífico y un hípico apasionado. El conoce su pedigree mejor que nadie y fue su decisión de que continuara compitiendo. Ha sido una suerte para mí poder cuidarle por 40 años. Conoce perfectamente sus caballos y él estaba seguro de que podía seguir compitiendo en el máximo nivel. Tiene una mente impresionante, le encanta salir, mostrarse, está orgullosa. Creo que una de las claves fue no haberla corrido de más, así mantiene su frescura y ese apetito por conseguir”.

Más que seguro Enable se presentará ahora durante el Ebor Festival de York, pero Gosden todavía no decidió en qué carrera la presentará. Está el Juddmonte International (G1), donde se volvería a ver las caras con Ghaiyyath, y también el Yorkshire Oaks (G1), prueba que ya ganó y donde competirá Love (Galileo), la mejor potranca, dueña de las 1000 Guineas (G1) y apabullante en el Epsom Oaks (G1).

“York siempre está en la agenda y tenemos dos carreras para elegir, al igual que sucedió el año último. Veremos qué decisión tomamos”, anticipó el preparador, que además comunicó que su yegua había quedado en muy buena forma después del esfuerzo.

Quizás el King George VI & Queen Elizabeth Stakes no haya sido la carrera más exigente en la vida de Enable, pero lo resolvió como correspondía a un ejemplar de su talla. El césped de Ascot la vio otra vez ganadora, como casi, siempre, y le permitió subir un pasito más en esa escalada interminable hacia lo más alto que lleva adelante desde hace ya casi 4 temporadas.

Hubo una Urban Sea (Miswaki), una Miesque (Nureyev) y también una Goldikova (Anabaa), cada una de ellas únicas e irrepetibles. Pero Enable llegó al mundo de la hípica para reformular todo lo escrito, para hacerse camino al andar y para que considerarla la más grande de todos los tiempos esté lejos de ser una opinión delirante. Si gana el Arco por tercera vez, seguro se habrán acabado todas las discusiones…