Con Joy Canela, el cuidador ganó por primera vez el Gran Premio Polla de Potrancas

Enrique Martín Ferro ya tiene el cuadrito listo para poner un 2019 que, pase lo que pase de aquí, en adelante, ya es inolvidable para él y para todo su equipo. Lejos quedaron aquellos tiempos de pelearla desde abajo con caballos de nivel intermedio, hoy es uno de los cuidadores más exitosos, con un lote no tan grande de ejemplares bajo su mando, aunque de muchísima categoría.

“Quique”, como le dicen todos, vivió una tarde de gloria el sábado en Palermo, ganando con Joy Canela su primer Gran Premio Polla de Potrancas (G1). “Tengo una tremenda alegría porque ganar esta carrera con una yegua comprada en remate público y que respondió al alto concepto que tuvimos desde siempre de ella nos llena de orgullo”, lanza como primer comentario, seguramente haciendo referencia de que, mayormente, en el inicio de la Triple Corona se dan éxitos de reservadas.

Suma, agradeciendo saludos casi entre palabra y palabra: “Desde la primera actuación de Joy Canela nos deslumbró como ganó, y después en el Clásico Campos (G2) nos dejó ampliamente conformes con su actuación, ya que dio un salto de calidad definiendo con una muy buena potranca como es Evincing (Equal Stripes). Eso, sin dudas, que llegáramos a la Polla con muchas expectativas”.

Hubo cambios con el tiempo en la defensora del Stud Puey, y el trabajo de mañana dio sus frutos: “La potranca fue madurando con el tiempo, porque al principio tenía bastante genio y su temperamento la llevaba a prodigarse demasiado de mañana. Para esta carrera le dije a Arturo – Moscón, su propietario- que la iba a contemplar un poco y por eso la trabajé sobre 1000 metros; le tomamos 1m3s pero muy buenos, porque echó 33s los primeros quinientos rematando en 30s; fue como la corrida preparatoria. Después de la partida final que fue excelente, quedó todo listo, no necesitaba nada más.Ayuda mucho que es muy mantenida, pesó lo mismo que en su debut, y eso me dio mucha tranquilidad”.

Ya sobre el desarrollo, el profesional señaló: “Allá por los 400 metros me pareció que Evincing ya no era rival, pero al tenerla a la derecha a Joy Epifora, la mejor potranca de la generación, pensé que la cosa se iba a poner brava y hasta que podíamos entrar segundos. Pero Ortega me contó que nunca llegó a quebrarla. Eduardo estuvo bárbaro, como siempre”.

De aquí en más, los planes de Enrique Martín Ferro son lógicos: “Ahora si todo va bien la idea es seguir con el proceso selectivo y correr el Selección (G1-2000 m). El tema del aumento de distancia no me preocupa porque se la puede manejar en el desarrollo y eso te ayuda mucho”, lanza con seguridad, confiado a pleno en las cualidades de su potranca”.

Enrique Martín Ferro atraviesa un momento sensacional en lo particular, el mejor de todos en su vida con caballos. Seguirá disfrutando de la victoria de Joy Canela y soñando con próximos nuevos grandes premios. En su caballeriza, sobran las razones para que su pensamiento apunte a ese objetivo.