El preparador disfruta su gran momento y sueña con el zaino, que ya empezó a varear a la mano contraria

Tremendo arranque de temporada el que viene teniendo Enrique Martín Ferro, ya con 6 triunfos en su cuenta y la particularidad de que 3 de ellos fueron en carreras de grupo. Con El Consorte (Grand Reward) se llevó el temprano Buenos Aires (G3) de Palermo, Luk Joy (Fortify) le “regaló” la copa del Latinoamérica (G3) platense y el sábado último Nicholas agregó otra alegría de G1 para la trayectoria del cuidador quedándose con el Gran Premio Miguel A. Martínez de Hoz (G1), sobre el césped de San Isidro.

La conquista del hijo de Equal Stripes puso a “Quique” ante uno de los grandes desafíos de su vida en los hipódromos pues, aunque aún no es oficial, el zaino viajará el mes próximo hacia Santiago de Chile para representar a la Argentina junto a Sixties Song (Sixties Icon) en la 35ta. edición del Longines Gran Premio Latinoamericano (G1). Como será la historia que en la mañana del martes ya Nicholas empezó a trabajar a la mano contraria, dando el puntapié inicial a la “misión Latino”.

“La verdad que el balance del primer día de trabajo fue positivo. Primero extrañó en el primer codo, pero en el segundo se soltó y dobló bien pegadito a los palos. Creo que va a agarrar bien el sentido del Club Hípico, pero será un trabajo del día a día”, cuenta el profesional, unos minutos después de que su carta aprovechara el horario exclusivo de preparación hacia la prueba continental que autorizó San Isidro en su centro de entrenamiento.

Para Enrique Martín Ferro será su primera experiencia a nivel internacional. “Es muy interesante lo que se viene. Hay que aprender y por eso esta semana invité a almorzar a Alfredo Gaitán Dassié para que me cuente su experiencia anterior y todo lo que pudo evaluar la última semana cuando estuvo en Chile viendo un poco todo”, dice, inteligente en su plan.

¿Cuál es el sentimiento para un cuidador argentino de jugar esta especie de “Copa América”? Confiesa: “Representar a la Argentina en un evento tan importante es lo más. Me siento halagado por todo esto que me toca vivir, lo que además me da más responsabilidad. Es un momento muy especial de mi campaña, en 2018 con 30 caballos ganamos 34 carreras y 9 clásicos… Estoy muy tranquilo, con excelentes propietarios en mi stud que me dan el tiempo necesario para poder poner a los caballos con los 10 puntos. Siempre cuidé pocos, pero con buenos resultados, e, incluso, estuve varias veces en la terna para hacerme cargo de alguna caballeriza grande, aunque siempre me tocó la bolilla del ‘seguí participando’ (risas). Disfruto mucho lo que hago, el poder compartir mi pasión con Nicolás, mi hijo, asi que siento una alegría grande de tener la posibilidad de correr el Latinoamericano. La ilusión es poder responder y tener una gran actuación.

Ya a la hora de hablar sobre cómo será la vida de aquí en adelante para Nicholas, cuenta Enrique: “No queda mucho tiempo para el entrenamiento, haremos algunas partidas y después todo trabajo de mantenimiento hasta que llegue el momento de viajar. El caballo tiene como condidión que es muy profesional, manso, tranquilo. Parece que siempre está en otra cosa en la redonda por su clase, pero cuando se abren las gateras se relaja y aprovecha al máximo sus condiciones”.

Se lo consulta sobre si Eduardo Ortega Pavón será su jockey, y no duda un segundo: “Es la monta oficial de Nicholas y lo correrá en Chile. Temprano me llamó para preguntarme cómo había andado vareando al revés y me dijo que cada vez que lo necesite lo llamo, porque quiere ayudar y también acostumbrarse a correr al revés”.

En uno de los mejores momentos de su trayectoria, Enrique Martín Ferro tiene por delante un reto gigante y delicioso con Nicholas, ese que tantos sueñan con poder disfrutar algún día. Será cuestión, entonces, de hacerlo realidad.

Diego H. Mitagstein