El hijo de Will Take Charge apabulló a sus rivales en el Clásico Hipódromo de Monterrico y es indiscutivo líder de la división

LIMA, Perú (Especial para Turf Diario).- Ahora sí, con propiedad, se puede decir que Esidio (USA-Will Take Charge) se destapó. El importado del Doña Licha ganó este sábado el Clásico Hipódromo de Monterrico (G2-2200 m) de forma tan apabullante que con justicia se ha instalado en lo más alto entre los caballos fondistas y sumando puntos en su ruta al título de Caballo del Año de esta temporada.

Más allá de que fueron casi 10 cuerpos de ventaja a su favor, es la forma cómo resuelve. Desde los 700 metros finales ensaya una aceleración impresionante y en la recta se hace incontrolable, con un paso arrollador y contundente, que parece increíble ver en la campaña de este caballo ni un solo triunfo en el 2019 y hoy, con solo cuatro actuaciones en el año del Covid, estar invicto y saltar de las pruebas de hándicap a un clásico de grupo 2.

Esidio es un rodillo, una máquina en esos últimos 300 metros. Cuando Carlos Javier Herrera -quien parece estar hecho para la gran calidad de este caballo- lo llama al orden, el negro responde y avanza sin pedir permiso. Este sábado dejó a sus rivales en su sitio. Demostró que es el mejor y, por ahora, no hay algún otro que le salga a poner presión.

La carrera se había mostrado dentro de lo esperado con El Puma Carranza (USA-Drosselmeyer), Barbón (Badge Of Silver) y el argentino Siempre Alerta (Easing Along) disputándose los primeros puestos. Y con ellos, una irreconocible Sagrario (Westow), que salió a discutir como si estuviera acostumbrada a la pelea fuerte en los primeros metros. Totalmente innecesario desgaste para esta buena yegua, que corriendo de atrás ha demostrado ser muy peligrosa.

Mientras El Puma Carranza se mantuvo fiel a su estilo y aguantó hasta bien entrada la recta la posición de líder –hasta que Esidio lo permitió– ya en los tramos finales tuvo que ceder ante la insistencia de King Goldbird (USA-Birdstone) y perder el placé ante el pupilo del Stud Couet, que volvió a demostrar progresos y hoy vuelve a sumar otro placé clásico frente a los mejores del fondo en Monterrico.

La otra cara de la moneda fue Barbón (Badge Of Silver). Se esperaba mucho más en su reaparición. El caballo vino cerca desde la partida, pero en la curva final se desinfló y en la recta ya no era ni la sombra del aguerrido campeón que vimos en otras temporadas. Falso retorno de un caballo, que pese a su edad, mantiene físico para estar en el lote estelar, aun cuando la dilatada campaña también sea un signo de que ya merece una despedida. Pero no así. 

Néstor Obregón Rossi

Diario El Crack