De punta a punta, el hijo de Grand Reward superó a Expressive Smart en el bravo desafío del domingo en Palermo
Imparable resultó El Consorte este domingo en el césped del Hipódromo de Palermo para ganar por segunda temporada consecutiva el Clásico Buenos Aires (G3-1600 m) y recuperarse rápidamente de su traspié en el Gran Premio Joaquín S. de Anchorena (G1). Ahora corrido con más serenidad por parte de Lautaro Balmaceda, el hijo de Grand Reward hizo el resto, sin inmutarse por la molesta compañía de Expressive Smart (Expressive Halo) durante la primera parte del desarrollo y desprendiéndose de ese rival en el derecho hasta vencerlo por sólidos 2 1/2 cuerpos.
El primer gran cruce de la temporada ofreció el espectáculo de calidad que se aguardaba en la previa, con cuatro de ganadores de G1 dentro de la nómina de 10 participantes, ya que finalmente no fue de la partida El Benicio (Hurricane Cat). Terminó siendo el último de ellos en graduarse en el máximo plano el que se llevó todos los aplausos, veloz en el inicio para asumir el liderazgo, siendo también capaz de mantener una “velocidad crucero” más que interesante en la fase intermedia del desarrollo, y con la capacidad necesaria como para afianzarse frente a las tribunas, allí donde para la mayoría el cansancio resulta un enemigo letal.
Expressive Smart aprovechó su buena predisposición en la cancha interna porteña para levantar cabeza y, si bien no logró alcanzar nunca al favorito, pudo retener la posición de escolta, 1 largo por delante del outsider Fornarino (Campanologist), la gran revelación al afrontar tan duro compromiso como simple titular de una victoria condicional.
Del lado del debe quedaron Hat Mario (Hat Trick) y el reprisante Nicholas (Equal Stripes), séptimo y último, respectivamente. Ninguno de los dos pudo aprovechar los parciales veloces; al primero le cuesta volver a ser peligroso, y al restante se lo observó falto de potencia, inofensivo, sin poder abandonar la zaga nunca y llegando a más de 20 cuerpos de El Consorte, en una situación curiosa para Enrique Martín Ferro, el entrenador de ambos más allá de haber sido reemplazado en esta ocasión por Nicolás, su hijo, pues sus cartas quedaron en los “bordes” opuestos del marcador.
Criado en La Quebrada y representante del Stud Urquiza, El Consorte empleó la excelente marca de 1m32s49/100 para lograr el sexto triunfo de su campaña sobre apenas 16 salidas, cuatro de ellos de grado si se le suma el Buenos Aires versión 2019, el Pedro Chapar (G3) y el Gran Premio San Isidro (G1).
Indudablemente pasa por un momento óptimo, y ahora, por lógica, llegará el momento de regresar al césped de San Isidro, donde aguardan los clásicos Horacio Bustillo (G2) y América (G2), cruces “históricos” del verano en la pista del Jockey Club.
Sin dar ni pedir tregua, más calmado para mostrarse adelante sin desesperación de por medio, El Consorte logró el back-to-back en el Clásico Buenos Aires porteño, carrera que valió cada centavo de la “entrada”. No hay caso, cuando hay buenos caballos de por medio, el espectáculo termina siendo un correlato perfecto.