Se salvó de milagro tras un cólico en marzo, reprisó ganando el sábado y ahora sueña con la Copa de Plata

Risas, abrazos, felicitaciones, todo se conjuga después de un disco triunfal; de la foto tan buscada. Pero a veces, esa imagen soñada y buscada incluye una historia por detrás que la hace doblemente valiosa.

Que Bamb Harlan haya ganado con mucha comodidad el Premio Mighty Hunter (1600 m, arena) del sábado último en el Hipódromo Argentino de Palermo, fue lógico. Reprisaba la reservada de Firmamento, es cierto, pero sus tabuladas eran sobresalientes; no por nada fue favorita.

Para la hija de Harlan’s Holiday fue un triunfo que valió casi como un G1, pues en marzo último, luego de quedar tercera de Star Austral (Cosmic) en el Clásico Arturo R. y Arturo Bullrich (G2) salvó de milagro su vida tras sufrir un cólico severo.

“Fue un mal momento para todos. Era una bolsa de huesos de cómo había quedado, pobre. La tuvimos que operar y sobrevivió por la premura de nuestra gente en el stud para darse cuenta y tratarla y por el trabajo del Indio Espinoza y su equipo en el quirófano”, cuenta, ahora sin la tensión de aquellas horas, Ezequiel Valle, parte del equipo de Firmamento y ya con la mirada en el futuro.

Bamb Harlan ganó el Clásico Francisco J. Beazley (G2) a los tres años, y ahora la ilusión es grande: “Siempre le tuvimos un gran concepto y para esta carrera llegaba bien, pero era toda una incógnita como iba a responder. Nuestro objetivo es la Copa de Plata, en diciembre, y reprisarla directamente en el Clásico Los Haras (G2) tal vez era pedirle demasiado. Por eso empezamos por la milla para más adelante sí ir a los 2000 metros. Miramos el corto plazo y por eso vamos a intentar probar su nivel en el Clásico Carlos P. Rodriguez (G2) de San Isidro y, si todo sale bien, seguir hacia la Copa”.

No todos los triunfos son iguales, y algunos valen el doble, como el de Bamb Harlan el último sábado.