La divisa de Juan Carlos Bagó envío muchos de sus caballos al centro de entrenamiento, donde continúan trabajando esperando el regreso de las carreras

En medio del brote de Covid-19 que sacude a la Argentina, fueron varios los propietarios que, antes de la llegada de la cuarentena, “ganaron el tirón” y pudieron retirar algunos de sus ejemplares de las caballerizas centrales en los hipódromos para llevarlos a sus campos. Firmamento fue uno de los que tomó esa decisión y hoy observa una evolución favorable de muchos de sus caballos, cómodos con estar fuera del “stress central”.

“Cuando se dictó el aislamiento retiramos a los caballos más adelantados, como los casos de Bamb Harlan (Harlan’s Holiday) o Emotion Orpen (Orpen), entre otros. Los enviamos a City Bell básicamente porque veíamos que la situación en el Campo 2 se estaba complicando con el tema de la gente y la atención y caer en un descuido, auqnue fuera involuntario no traería nada bueno. Por suerte en el centro de entrenamiento teníamos gente y capacidad para alojarlos, por eso aprovechamos a dar el paso. Luego se retiraron las potrancas más adelantadas, y de ellas la gran mayoría quedó suelta a piquete para en breve empezar a trotar a la tarde. Ya teníamos unos 30 caballos estabulados en el campo, así que ahora hay más de 60. Vemos a la distancia que la decisión fue acertada, porque los caballos iban a perder mucho estado. En San Isidro quedaron otras 20 dos años que están de galope largo. La gente está relativamente bien distrubuída para poder hacer un trabajo casi normal en cada una de nuestras bases”, cuenta Ezequiel Valle, parte del equipo liderado por Juan Carlos Bagó.

Sobre un primer balance, explica: “Lo que notamos y más nos llamó la atención es que los caballos que se fueron al campo tienen un estado fenomenal. Lo bien que les hizo es notorio, se advierte a simple vista, sobre todo a las potrancas Mastercraftsman, que no son tan precoces y ganaron en estado, en salud y crecieron un montón”.

Luego amplía los detalles de la gran movida realizada: “Ciertamente había dudas de que quedaran encerrados en San Isidro en un principio y que hubiera algunas restricciones con el ingreso de la gente y con el uso de la cancha, como hubo en un principio. No lo dudamos y privilegiamos el bienestar de los animales. En Villa Elisa estamos trabajando al cien por ciento de la capacidad, porque tenemos la pista propia a disposición y por suerte la gente que trabaja allá vive cerca y no tiene problemas de traslado. No teníamos ni idea de si ese panorama cercano al ideal iba a darse en San Isidro, aunque, por suerte, allá ahora se está trabajando bien”.

Todavía en Firmamento no hay decisión de cómo o cuando volverán sus caballos a San Isidro. “Al no tener idea de cuando regresarán las carreras, seguiremos en este formato hasta que el panorama se aclare y llegue el momento de acelerar ya pensando en competir”, finaliza Ezequiel, generoso en sus conceptos.

En tiempos de Covid-19, cuarentena y distan ciamiento social, los costos son fundamentales, pero más todavía lo es poder darle a los caballos el bienestar necesario para estos tiempos de vareos livianos y gateras lejanas.

Diego H. Mitagstein