En otra muy buena actuación, el campeón argentino terminó segundo en el Christmas Cup (L) de Royal Randwick, en Australia

RANDWICK, Australia (Especial para Turf Diario).- En otra actuación que describe la excelente actualidad por la que atraviesa, el campeón argentino He Runs Away estuvo muy cerquita de alcanzar su primer triunfo clásico en el exterior. Durante la madrugada del sábado, sobre el césped de Royal Randwick, el hijo de Heliostatic quedó segundo a sólo medio cuerpo de Significance (Frankel) en el Christmas Cup, una prueba listada y que se resolvió sobre 2400 metros. Mucho mérito tiene todo lo que está consiguiendo últimamente el actual pupilo de Chris Waller, pues logró remontar una cuesta que usualmente es un desafío imposible, como la de recuperarse ya de muy veterano -actualmente tiene 8 años. de una experiencia previa traumática en Hong Kong, donde sus actuaciones nunca lograron ningún tipo de relevancia, incluso, haciendo pensar que ya sería casi un sueño volver a verlo en carreras importantes.

El Christmas Cup no era el Kentucky Derby (G1), esta claro, pero para un caballo que hace apenas 3 meses no había podido ganar una carrera en varias temporadas, significaba un escollo fuerte. Con cuatro éxitos en sus cinco salidas previas, y perdiendo únicamente cuando le tocó correr sobre su “odiada” pista pesada, el argentino accedía a su nuevo compromiso cargando exigentes 58 kilos, pero superó la prueba con más que un aprobado.

Corriendo tercero durante la mayor parte del recorrido, y con Brenton Avdulla en sus riendas, He Runs Away apareció atropellando abierto en el derecho para descontar, aunque no lo suficiente para vencer a Significance, que cargó 54 kilos, 4 menos. En el disco hubo apenas medio cuerpo de diferencia entre uno y otro, con Purrfect Deal (Dundeel) en tercera posición, a 1 1/2 largo, todo tras 2m28s2/100 en terreno firme.

Caballo del Año en Argentina en 2015, tras ganar los grandes premios Nacional (G1) y Jockey Club (G1), He Runs Away disfruta ahora de una etapa de alegría, repleta de buenos resultados y que, mientras la salud lo ayude, parece no tener un techo a la vista. Quedaron atrás el desafío de acordarse de ganar y de cumplir en los clásicos, ¿se puede ahora quitarle la ilusión de levantar alguna linda copa de nuevo? Cuesta, no es cuento aquello de que los campeones siempre tienen una última gran pelea…