El hijo de Heliostatic atropelló desde el último puesto en la recta para perder a 1 cuerpo en la milla de Doomben

ASCOT, Australia (Especial para Turf Diario).- Por supuesto que He Runs Away no es el mismo que en 2016 se convirtió en el mejor caballo de Argentina después de ganar los grandes premios Jockey Club (G1) y Nacional (G1), pero a esta altura ya resulta demasiado injusto que el destino le siga negando ganar una carrera en el exterior.

Tras su paso para el olvido por Hong Kong, después de animar el UAE Derby (G2) en los Emiratos Arabes Unidos, el hijo de Heliostatic se reencontró con las buenas actuaciones tras recaer en la caballeriza de Chris Waller en Australia aunque, todavía, no consigue cruzar adelante.

El hijo de Heliostatic sumó este sábado en Doomben un nuevo arrime, descontando desde la última posición en la recta final para terminar llegando tercero a sólo 1 cuerpo del neocelandés Blacklog (Tavistock) en una prueba de hasta 78 puntos de rating y que se resolvió sobre 2200 metros en el césped algo blando de Doomben.

Conducido por el experimentado Mark du Plessis, He Runs Away siempre vino en el fondo del grupo, arrancó al desembocar la última curva y llegó corriendo con fuerza, aunque no con el suficiente tiempo como para llegar adelante.

Otra vez se quedó con las ganas He Runs Away, cuyo primer y ya merecido éxito fronteras afuera parece ser cuestión de tiempo y de que la salud lo siga ayudando como hasta ahora. El campeón pone corazón.