Fundado en 1904, será sede este sábado por sexta ocasión del Longines Gran Premio Latinoamericano (G1)

Por Néstor Obregón Rossi

SANTIAGO DE CHILE, Chile (Especial para Turf Diario).- El Hipódromo Chile es uno de los dos centros hípicos que tiene esta ciudad. Aunque su fundación data de 1904, dos años después empezó a funcionar en la zona de La Palma, lugar que lo ha acogido hasta el día de hoy. Ubicado entre las avenidas Independencia, Fermín Vivaceta, Hipódromo Chile y la calle David Arellano, a casi 7 kilómetros de distancia del Club Hípico de Santiago -el otro recinto hípico de la capital mapochina- el Hipódromo Chile será sede por sexta vez del Longines Latinoamericano (G1), convirtiéndose junto al Hipódromo de San Isidro, en Argentina, en el recinto hípico que más veces ha albergado la también llamada Copa América del Turf.

Su historia, como lo señalamos, data de más de 100 años, organizando su primera reunión de carreras un 19 de septiembre de 1904, en medio de las celebraciones por el Aniversario de la Independencia. Su primer presidente fue Pedro del Río Talavera. Funcionaba en el sector sur de la ciudad, en la zona del Zanjón de La Aguada, ese cauce natural que recorre gran parte de la ciudad de Santiago. Pero mudarse al sector norte de la ciudad permitió también que esa zona empezara a desarrollarse, más todavía con una afición que iba en aumento y a la que había que ofrecer comodidades.

Con el paso del tiempo el Hipódromo Chile se consolidó como uno de los lugares privilegiados del Deporte de los Reyes en Sudamérica. El diámetro de la pista de arena es de 1.665 m con 22 m de ancho y en ella se disputan importantes carreras para la hípica sureña, destacándose el Gran Premio Hipódromo Chile, el Sábado de Campeones y el St. Leger, una de las más tradicionales. 

Posee tres tribunas: El Paddock, de 4 pisos y diversos salones para pasar una tarde hípica con familia y amigos; Tribuna Centenario, más popular y cercana a la curva final; y Parque Central, al centro de la pista, con zona de picnic habilitado con 60 quinchos para hacer asados, canchas de fútbol, juegos infantiles, áreas verdes y cajas de apuestas. Pero además se destaca la zona de La Troya, aquel óvalo donde llegan los vencedores de cada carrera para retratarse en la foto del recuerdo. Con un aforo de 20.000 personas en condiciones normales (por el protocolo establecido en medio del Covid, solo se permitirá la mitad), el Hipódromo Chile fue sede del Latino en 1984, 1990, 1997, 2004 y 2013, con victorias de los locales High Master (Hawk II) -foto-, Edipo Rey (Semenenko), Prepo (Inchwood) y del peruano Comando Íntimo (la única derrota de local que tuvo la hípica chilena en el Latino) y la yegua Sabor a Triunfo (Chi-Dance Brightly).

El próximo sábado, una nueva página de gloria se escribirá sobre la arena del circo palmeño, uno de los hipódromos más antiguos del continente y en cuya pista han quedado las huellas de aquellos cracks que hicieron historia.