El crack brasileño que fue Campeón 2 Años Macho de 2019 en Argentina, va por un triunfo consagratorio ante rivales durísimos

Tarde de sueños gigantes para el turf sudamericano. Tarde de esperar por otra victoria de los caballos nuestros en la Breeders’ Cup. Tarde especial para Brasil y la Argentina, el país donde nació y el país donde se “formó” competitivamente hablando el crack Ivar, el zaino del RDI Stud y del Bonne Chance Farm que hoy en Keeneland intentará tocar al cielo con las manos en el dificilísimo Breeders’ Cup Mile (G1-1600 m, césped, US$ 2.000.000).

Vaya si la misión es difícil, áspera, la más brava de todas. El hijo de Agnes Gold nunca tuvo por delante una carrera así, repleta de figuras, pero, como dijo Beto Figueiredo, manager de aquellas divisas: “Es dura, pero nosotros también somos duros”. Como será de “duro” Ivar que los especialistas le otorgaron el favoritismo en el morning-line, las tradicionales apuestas previas.

Le sobra categoría al caballo que sobre el mismo trazado y distancia que tendrá por delante ahora viene de ganar el Shadwell Turf Mile Stakes (G1), volando abierto en el derecho, haciendo saltar a su gente de la silla con una aparición impactante, demostrando que tiene la calidad necesaria como para adaptarse a cualquier tipo de desarrollo.

Ivar es un caballo nuevo, tiene apenas cuatro años. Sudamérica tiene seis antecedentes de triunfos en la serie más famosa del mundo, todos argentinos y el último de ellos hace doce meses con Blue Prize (Pure Prize), heroína de un Distaff tan complicado como el Turf que espera ahora al nieto de Smart Strike. De ellos, sólo uno logró ganar la Breeders’ Cup a los 4 años: un tal Invasor (Candy Stripes), cerquita de Keeneland, a una hora y poco de auto en Churchill Downs, cuando el Classic (G1) de 2006.

Con Joe Talamo otra vez en sus riendas, Ivar arrancará otra vez abierto, desde el 11 sobre 14 participantes. “El secreto estará en llegar bien ubicado a la primera curva”, decía Paulo Lobo, entrenador de la carta sudamericana, en la entrevista que le concedió hace un par de días a Turf Diario. Esa misma fue la clave en ocasión del Shadwell Turf Mile. Si el oscuro no da demasiadas ventajas, ya se sabe que después tiene la fuerza para descontar.

En el camino lo espera un torbellino de caballos buenísimos, y eso que en la previa se bajó la yegua inglesa One Master (Fastnet Rock), especialista en ganar grupos uno y que le dio lugar en la carrera a Order of Australia (Australia), el suplente, de Coolmore.

La tarde que ganó en Keeneland, el francés Raging Bull (Dark Angel) terminó como escolta a 1 cuerpo y fue el único que corrió las dos cuadras finales más ligero que él. Otra vez su carga dependerá sobremanera del desarrollo, pero mete meido.

La yegua inglesa Uni (More Than Ready) ganó esta misma carrera hace doce meses y recientemente se quedó aquí con el First Lady Stakes (G1), demostrando que el double-event es una posibilidad cierta.

Desde Europa llegan varios, pero Kameko (Kitten’s Joy), Siskin (First Defense) y Circus Maximus (Galileo) son parte de lo mejor de lo mejor. El primero ganó las 2000 Guineas (G1) en Newmarket, Inglaterra, y el segundo hizo lo propio con las de The Curragh, en Irlanda. El 2020 de Circus Maximus tuvo en su victoria en el Queen Anne Stakes (G1) de Royal Ascot como mejor resultado, sin contar que antes había vencido en el Prix du Moulin de Longchamp (G1), en el St. James’s Palace Stake (G1)… Un caballazo.

Chad Brown, el rey del césped, prepara a la mencionada Uni y Raging Bull, pero también a Digital Age (Ire-Invincible Spirit), que viene entonado tras abrazar el trofeo del Turf Classic (G1) en Churchill Downs. Y no es menos que ninguno el tordillo Hallady (War Front), que en Saratoga se alzó con el Fourstardave Handicap (G1), de punta apunta.

Ivar lleva la ilusión sudamericana bien arriba en Keeneland, donde la Breeders’ Cup 2020, la XXXVII en la historia, tendrá su fenomenal día de cierre. Si llega con un triunfo del brasileño, mucho mejor…