El jockey peruano se reencontró con el disco en la segunda carrera de este viernes en Tampa Bay Downs

TAMPA, Florida (Especial para Turf Diario).- Para Jacinto Rafael Herrera la pasión siempre estuvo intacta. Nunca se entrego, ni cuando le dijeron que ya no podría volver a correr, después de aquella rodada en el Hipódromo de San Isidro que nos privó a todos de disfrutar a uno de los más fenomenales jockeys de la historia.

Probó con la cuida y un día se fue a los Estados Unidos, donde poco a poco fue volviendo a su viejo oficio, el de jinete, claro, para el que nació. Un día de 2014, en Calder, apareció sorpresivamente en los programas y volvió al ruedo, rompiendo todos los pronósticos, como outsider. Mucho tiempo pasó en Miami hasta que viajó a Pennsylvannia para ganar unas cuántas carreras antes de volver a Monterrico y seguir sumando discos allí. Pero en 2018 regresó a los Estados Unidos para trabajar con su viejo amigo Ignacio Correas (h.) y por allí anda ahora, en esa Florida que tan bien lo recibió y donde este viernes se dio el gran gusto de reencontrarse con la victoria.

Fue en el césped de Tampa Bay Downs, donde su mano de seda se mostró intacta para depositar en el disco a Don H. (I Spent It) en la segunda carrera del día, un claiming bajo y que se corrió sobre una milla en el césped. Siempre se le reconoció a “Rafa” una calidad gigantesca para atropellar desde la nada para quedarse con victorias formidables, pero también es un fenomenal puntero, serenando a sus caballos, durmiendo los parciales, con un timing “tipo Falero”.

Pues bien, fue esa táctica la que utilizó Herrera con Don H., combinándola con otra de sus grandes habilidades históricas: la capacidad de salir “por abajo de las gateras”. Movió en mitad del codo el peruano, su caballo pisó el derecho y sacó 4 cuerpos y le puso candado al éxito tan esperado, llegando al disco con 3 cuerpos de ventaja.

A poco de cumplir 49 años, Jacinto Herrera, el genial Jacinto Herrera, sintió ese siempre lindo gusto de la victoria otra vez, después de 3 años y medio. Con corazón y pasión lucha contra el tiempo de la mano de esa capacidad única para montar un SPC.