El cuidador ya ganó el Nacional con Cooptado y Roman Rosso y ahora se juega con Chemin du Ciel

En la cuadrícula de los grandes triunfos, Jorge Mayansky Neer ya tiene tachado el que menciona al Gran Premio Nacional (G1). El cuidador ya levantó esa copa con Cooptado (Equal Stripes) en 2013, repitiendo con Roman Rosso (Roman Ruler) en 2017, y este sábado buscará hacer realidad aquello de que no hay dos sin tres con todas sus esperanzas depositadas en Chemin du Ciel, uno de los candidatos en la previa.

“Estoy con muchas expectativas, porque tengo un potrillo al que considero muy bueno y que en el Clásico Martínez (G3) demostró que está capacitado para asumir los grandes desafíos. Será una lindísima carrera para ver, porque está el ganador de la Polla (G1), el del Jockey Club (G1), Chemin du Ciel, Tetaze (Equal Stripes), que se llevó el Casey (G2)… Es decir, saltarán a la pista los mejores 3 años de la actualidad y eso hace presumir que vamos a tener un Derby muy competitivo”, cuenta el profesional, con su amado Palermo como fondo de la entrevista.

A Neer no lo preocupa la largada, pues “Con la cantidad de ratificados no creo que sea un momento decisivo, aunque siempre viene bien tener un poco de libertad”, como el mismo grafica. A la hora de analizar un probable desarrollo, cuenta: “Hablamos con Wilson – Moreyra, el jockey- tomando un café para ver cómo plantear la carrera, pero la última palabra la va a tener él porque es muy buen jockey, conoce los caballos, y nadie mejor para tomar decisiones”.

Jorge Mayansky también presentará en la milla del Gran Premio Palermo (G1) a Pinball Wizard (Orpen), sobre el que declara: “Lo considero un gran caballo, pero que lamentablemente no pudo correr seguido por problemas muy pequeños, pero se que en cualquier momento se va a destapar con una gran carrera.

La ocasión es ideal para tocar un tema que lo pone orgulloso y feliz… Fuiste el hacedor aquí de Blue Prize, ¿Como viviste su triunfo en el Breeders’ Cup Distaff?

-La grité como si la yegua todavía fuera mía. Primero, por la gran amistad que tengo con Ignacio -Correas (h.), su cuidador-; hace muchos años que mantenemos una relación afectiva y, casualmente, estuve con él hace poco tiempo; y luego, por la gran capacidad profesional que ha demostrado. Blues for Sale (Not for Sale), la madre de la yegua, fue parte de un proyecto que iniciamos con Ignacio Pavlovsky y que fue un ciclo tremendamente exitoso. Después que ganamos el Nacional con Cooptado (Equal Stripes) viajamos a Kentucky y la compré. Yo no entiendo mucho de compras y ventas, pero la había visto correr y para mí era extraordinaria y esto, a veces es cuestión de suerte. La yegua produjo en Argentina a Blue Prize, que antes que la debutáramos dije que iba a ser la mejor yegua del año y que nunca más tendría la oportunidad de entrenar un ejemplar de este volumen. Ganó un Selección (G1) con tantos inconvenientes que lo lógico hubiera sido que perdiera. Es una yegua rústica, no tiene problemas para viajar tiene una salud de hierro para mí, es impresionante la calidad que tiene Blue Prize. Después ya más tranquilo, me alegré por ella, por Ignacio, por Marina y los chicos, porque nadie les regaló nada en Estados Unidos, fueron tiempos de mucho esfuerzo y trabajo y que a veces no la pasaron bien. Fue la frutilla del postre para un emprendimiento que nos llenó de satisfacciones”.

Si bien Blue Prize ya es parte de su historia, el cuidador tiene ilusiones para el futuro con la misma genética. “Tenemos una hermana por Orpen que casi está lista para debutar y también a su propia hermana, Blue’s Melody, que corrió el Biaus (G2) y ya ganó cuatro carreras. Nunca cambio el discurso que tengo desde hace muchos años y que dice que los caballos argentinos, como también uruguayos y chilenos, entre otros, son competitivos al mejor nivel mundial y sobran los ejemplos. Blue Prize es el más fresquito…”.

Simón Mitagstein