Con Summer Love el queridísimo jockey venció por tercera vez en el Gran Premio Selección (G1)

Dicen siempre que no hay dos sin tres, y para Juan Carlos Noriega el dicho se hizo realidad. El excelente jockey cordobés había ganado en dos ocasiones el Gran Premio Selección (G1), con Fiesta Lady (Southern Halo) en 2007 y con Caldine (Roman Ruler) en 2012, llegando al triplete el último sábado con Summer Love (Freud).

Es cierto que la potranca de La Leyenda apeló a todo su corazón para lograr una victoria que por momentos pareció se le iba a escapar, tanto como que “Chupino” le puso alma y vida a ese cierre impresionante que protagonizaron también Joy Nidera (Fortify) y Mirta (Treasure Beach).

Remó, castigó todo lo que fue necesario y terminó cruzando adelante el disco con la zaina, en una gestión que tuvo mucho apoyo en el concepto que tiene sobre la potranca y en todo lo que la conoce. “La verdad es que Summer Love me hizo trabajar mucho, pero yo confiaba plenamente en ella y en su capacidad, porque es una muy buena yegua, corredora, que me ayudó mucho para llegar al objetivo”, dice Noriega como primera visión de lo ocurrido en el brillante sábado porteño.

Heredero natural de Jorge Valdivieso por sus habilidades y por su carisma entre el público, el jinete disfrutó doblemente la situación por haber hecho nuevamente dupla con Roberto Pellegatta, el cuidador que le dio todo y con el que conforma el binomio más antiguo del turf argentino.

Noriega compartió con Paola, su esposa, y Sol, su hija, uno de sus momentos más felices en los últimos años, en una temporada que lo tiene en un punto de rendimiento alto, ocupando el décimo lugar de la estadística nacional, pero con una eficiencia elevada en cuanto a clásicos y grandes premios.

Agrega Juan sobre el Selección y ese cierre magnífico: “En el final, temprano, se me arrimó mucho Joy Nidera, y por los 200 metros se me puso cerca también Mirta. De los 150 a la raya Summer Love puso lo que ponen los buenos y ganó guapeando, muy bien, hasta poniéndose algo cómoda en el final. Los diferentes siempre te dan un plus, y Summer Love es uno de esos”.

La carrera en sí no sorprendió al jockey, “El desarrollo fue el que esperábamos, pero se complicó un poco porque cuando se abrieron las puertas estaba un poco ansiosa y se le fueron un poco las patas, por eso nos costó un tramo llegar a la punta. Ayudó que es muy ágil,  tomó la punta y después hizo todo bien. Ya cuando estábamos en el opuesto se había relajado y vino cómoda toda la vuelta, aunque en la recta sufrimos más de la cuenta; eso sí no lo teníamos planeado porque llegábamos con mucha confianza”.

Juan Noriega fue protagonista de otro triunfo importante para sumarle a su trayectoria impecable, tanto dentro como fuera de las pistas. Chupino sigue firme teniendo faenas tan espectaculares como la que ofreció con Summer Love, y manteniendo ese buen humor único y que lo hace tan querido y querible.

Simón Mitagstein