Caballo corredor, padrillo generoso, sin las reverencias de un Forli o un Candy Ride, fue otro gran aporte genético sudamericano

La genética argentina en materia de padrillos ha tenido durante muchísimos años un peso importante a nivel mundial. Seguramente, las grandes referencias sean Forli (Aristophanes) y Candy Ride (Ride the Rails), como para trazar nombres que unan el pasado y la actualidad, pero en esa lista dejar de lado figuras como la de Lord At War (General) sería injusto. Todos ellos aparecen frecuentemente en los pedigrees de los caballos más destacados en distintos puntos del planeta.

Pero en las últimas dos décadas aparece otro ejemplar nacido en nuestro país con un protagonismo gigante y que quizás no haya alcanzado la popularidad que su aporte merece. Se trata de Montparnasse (conocido como Montparnasse II en los Estados Unidos), nada más ni nada menos que el abuelo materno de Wishing Well (Understanding), madre del fantástico Sunday Silence (Halo), fundador de un imperio con base en Japón pero que ha distribuído su calidad a los hipódromos, a las carreras y a los haras más importantes del mundo.

Palabras mayores en cuestiones de reproducción es el zaino que en 1989 fue el mejor caballo de los Estados Unidos, ganando el Kentucky Derby (G1), el Preakness Stakes (G1) y el Breeders’ Cup Classic (G1), que luego se revelaría como un verdadero Jefe de Raza desde el Shadai Stallion Station de la familia Yoshida, en Hokkaido. Líder de la estadística entre 1995 y 2008, rompió todos los récords con sus hijos y hoy, a pesar de que murió tempranamente en 2002 a los 16 años, mantiene una ingerencia fantástica, principalmente, a través de su hijo Deep Impact, pero también con Fuji Kiseki, Stay Gold, Special Week, Manhattan Café, Neo Universe, Zenno Rob Roy, Daiwa Major, Hat Trick, Gold Allure y Heart’s Cry, principalmente.

Pero volvamos a Montparnasse, un caballo sensacional en la cría pese a haber tenido muy pocas posibilidades. Nacido en 1956 en el Haras Argentino, cumplió una campaña de pistas buena, ganando en Palermo el Clásico Benito Villanueva, llegando segundo en el Grande Premio Brasil (G1), en Gávea, Río de Janeiro, y tercero en el Valedictory Handicap, una vez exportado a los Estados Unidos.

Genéticamente Montparnasse era una verdadera joya, y de allí que poco pueda extrañar el enorme peso que tuvo en la reproducción pese a las limitadas oportunidades que disfrutó. Fue uno de los continuadores más destacados de un padrillo sensacional como Gulf Stream, como Aristophanes o Selim Hassan (los padres del mencionado Forli y de Yatasto) hijo de Hyperion (Gainsborough), una verdadera leyenda.

Ganador de la estadística en Argentina durante las temporadas de 1955, 1958 y 1959, dejó más de 50 crías ganadoras clásicas, para esas épocas, con libres pequeños de yeguas madre, una cifra casi ridícula por lo elevada. Padre de Mangangá, Manantial (invicto ganador de la cuádruple corona), Maboreta, Jubilosa, Satánica, Ansiado, Pipote, tuvo varios de sus hijos destacándose luego en la reproducción (Fresh Air y Ever Ready, por caso), aunque la línea paterna se extinguiría con el paso de los años hasta desaparecer en la actualidad.

Por línea materna, Montparnasse fue una de las muchas buenas crías que dejó la excelente Mignon (Fox Cub), que sobre seis hijos que llegaron a las pistas produjo 4 ganadores clásicos, sumando a la lista al talentosísimo Montmartre (Full Sail) -Comparación, Gran Premio General San Martín, Ayacucho, Gran Premio San Isidro y Pueyrredón-, Ma Comtesse (Gulf Stream) -Miguel Angel y Tomás Juárez Celman e Ignacio e Ignacio F. Correas, además de ser segunda en el Selección…- y Mineur (In the Gloaming) -Clásico Jockey Club de la Provincia de Buenos Aires y José Pedro Ramírez.

Montparnasse llegó a los Estados Unidos en 1962, volvió a la Argentina al año siguiente y en 1968 regresó finalmente al norte, para trabajar allí de forma constante. El resumen de su paso por el haras habla de más de 25 hijos ganadores, clásicos, en una lista que incluye a Straightway, Caballo del Año en Venezuela, donde ganó el Gran Premio Simón Bolívar, y luego un padrillo consagrado desde el Haras Varsego; Arsenal, vencedor en el Gran Premio Brasil; Charlie Boots, que se impuso en el Del Mar Derby; Prisa, heroína en el Clásico General Luis María Campos; y Big Shot, de fenomenal trayectoria en los Estados Unidos.

Curiosa fue la “relación genética” que tuvo Montparnasse con hijas de un padrillo llamado Hillary (Khaled) -ganador clásico menor-, con el que se daba un inbreeding en Hyperion y para nada menor, en muchos casos aparecía el Factor Rasmussen en la irrepetible Selene (Chaucer), justamente la madre de Hyperion, dependiendo de las ramas bajas.

De ese nick surgieron Montmartre (se llamaba como el buen hermano de Montparnasse), ganador del American Handicap (G2) y tercero en un par de G1; Madera Sun, que se impuso en el Will Rogers Handicap (G2); Montespan, dueño del Del Mar Derby (G3); y las ganadoras clásicas Marinca y Mon Miel.

Fueron luego 14 los nietos de Montparnasse que ganador pruebas de black-type, y además de la nombrada Wishing Well, aparecen en esa lista Costello (Pardallo), ganador de la Polla de Potrillos (G2) en La Plata y segundo detrás de Chirlazo (Mantopan) en la de Palermo; y la G1 Firm Stance (Affirmed), que fue la abuela de la campeona velocista Lady Sprinter (Orientate).

Wishing Well, ganadora del Gamely Handicap (G2), del Wilshire Handicap (G3) y arrimadora seria en el circuito de California a finales de los ‘70 y principios de los ‘80 tenía por padre a Understanding (Promised Land), un caballo de buena campaña pero poco peso específico en la reproducción.

Pero no por casualidad vuelve a entrar en acción el nick de Montparnasse con Hillary. La madre de Wishing Well era Mountain Flower, hija del caballo argentino en Edelweiss, esta por…Hillary.

Ocurre una historia interesante de conocer y que habla de un idiosincrático criador californiano de nombre George Pope Jr., que siempre se mostró reacio a pagar elevados fees por los servicios de padrillos y que desarrolló los propios en su El Peco Ranch.

Con el mencionado Hillary, no sólo encontró el nick perfecto para Montparnasse, sino que se dio el gusto de disfrutar de brillantes corredores como Hill Rise (Hillary), Hill Circus (Hillary) o J. O. Tobin (Never Bend en madre Hillary). Pope Jr. fue además criador y propietario de Decidedly (Determine), nieto de Hyperion, ganador del Kentucky Derby (G1) de 1962 en tiempo récord bajo la preparación del argentino Horacio Luro.

El plan de cría de Pope fue exitosísimo, aunque a su muerte, en 1979, todos sus caballos fueron liquidados, con lo que su muy cuidado y planeado grupo de yeguas madres fue decayendo hasta casi pasar desapercibida en lo general.

Quizás sin el reconocimiento que tuvieron en su momento Forli o Lord At War, ni el que merece por estos tiempos Candy Ride, y siempre sin ánimos de buscar comparaciones imposibles de realizar, Montparnasse merece un crédito potente a la hora de exponer su generosidad en la reproducción, con contadas limitaciones y oportunidades.

En gran parte obra de la ingeniería genética que forjó George Pope Jr. desde su campo en California, hoy un caballo argentino que pocos quizás recuerden o tengan fresco en la memoria, es un nombre de peso en una de las líneas paternas más fuertes y más de moda del momento. Parte fundamental en la historia de Sunday Silence y su legado. Nada mal, ¿no?