La hija de Van Nistelrooy coronó un segundo semestre maravilloso llevándose el Ciudad de Montevideo (G1)

MONTEVIDEO, Uruguay (De un enviado especial).- Difícil ganarle a un caballo cuando pasa por su mejor momento; a uno de los buenos, claro. El Gran Premio Ciudad de Montevideo (G1-2000 m, arena), la “Copa de Plata” de Maroñas, le daba a La Mansa Nistel la posibilidad de ponerle la frutilla a su campaña fantástica durante el segundo semestre, y la alazana del Stud Imperio, de los Volonté, no la desaprovechó.

Sin contundencia pero con efectividad, un sello de distinción para la hija de Van Nistelrooy y Misiadura Fitz (Fitzcarraldo), tuvo la stamina y el corazón para ponerle freno a las ínfulas de la brasileña Fustic (Quick Road) en los tramos finales y vencerla por el pescuezo, convirtiéndose en una fija cuando llegue el momento de elegir a la Yegua del Año y hasta ilusionándose por dar pelea para el título de Caballo del Año.

Cría de El Palmar, en su sociedad con el Haras Firmamento, donde La Mansa Nistel comenzó a gestarse, a los 4 años la pupila de Jorge Firpo recuperó ese perfil notable que insinuó de potranca, tras un bajón bien profundo y que se prolongó por varios meses.

El trabajo del entrenador fue fundamental, un hombre consagrado y que este domingo en Maroñas se dio el gusto de quedarse con dos de los 4 grandes premios, ya que tambien tiene a su cargo al estupendo Fitzgerald (Put It Back), dueño del Pedro Piñeyrúa (G1).

El Ciudad de Montevideo dejó en evidencia la fragilidad de las tres años, cuya mejor exponente, Flora Gambo’A (Kodiak Kowboy) sólo logró colgarse de la sexta chapa. En ese grupo de las decepciones, también fue bajo lo de Stelatoa (Alcorano) y Bamba y Bamba (Smarty Jones), que parece pedir haras a los gritos después de llegar última a una tribuna.

La Mansa Nistel es ganadora de G1 y bien merecido lo tiene. Como se dijo, cuando un caballo de clase pasa por un gran momento, ganarle resulta prácticamente imposible. No es una regla, pero…

Diego H. Mitagstein