El hijo del crack Lenovo quedó último en la partida por un golpe, pero voló de los 500 metros al disco para pasar de largo y llegar a su segunda victoria en el Premio Fortinero Key

Tuvo varios turnos interesantes la jornada de este lunes en el Hipódromo Argentino de Palermo desde lo condicional, como, por ejemplo, el Premio Fortinero Key (1000 m, arena), que midió potrillos de 3 años titulares de una victoria. Allí, la actuación de Dear Lenovo lo ratificó como un nombre a tener muy en cuenta en el futuro, recuperándose de una suelta que lo dejó último por un golpe y pasando de largo en el final para responder a su favoritismo en estupenda remontada.

Parte de la primera generación del crack sprinter Lenovo (Roman Ruler), el reservado del Stud-Haras Gran Muñeca venía de llegar segundo en el Clásico Propietarios (L), sobre el césped de San Isidro, y ahora dio otro paso adelante en su campaña, mostrando una capacidad de recuperación llamativa y con una muy buena labor del jockey Brian Enrique en sus riendas.

Parecía difícil en esos tormentosos primeros metros que el zaino lograra descontar el mucho terreno que le habían sacado sus rivales y en una distancia tan corta, que no permite demasiados “lujos”, pero no sólo lo hizo, sino que hasta le sobró tiempo para ponerse cómodo. Enrique lo fue arrimando poco a poco y, “aprovechando” el tropiezo, buscó la parte externa de la cancha, la preferida en estas pruebas.

Poco a poco empezó a acercarse al grupo, en la mitad del recorrido ya estaba con ellos y a 50 metros del disco pasó de largo al puntero Líder Blue (Le Blues), que sintió el cansancio. El disco marcó 2 cuerpos de ventaja para Dear Lenovo, que decoró su gestión con un tiempo de 58s clavados, comparando, 1s21/100 más rápido con respecto al éxito de Guanahani (Pure Prize) en el Handicap Utópico; 6 cuerpos..

En Mi Querida Key (Key Deputy), y al cuidado de José Intra, Dear Lenovo va quemando etapas y parece listo para volver al terreno jerárquico de la velocidad, donde seguramente dará bastante que hablar la próxima temporada, cuando la maduración haga su lógico trabajo.