La yegua que sobrevivió a un cólico severo y que cambió de manos antes de debutar se llevó el Distaff

Para escribir un libro la historia de La Renoleta, la yegua que en el Gran Premio Estrellas Distaff (G1-2000 m, arena) demostró una capacidad llamativa para mantener su invicto y redondear un primer semestre fabuloso. Compitiendo por primera vez para el Stud Garabo, que adquirió en mucho dinero el 50 por ciento de su propiedad durante la semana, la hija de Treasure Beach y Dixie Tale (Tale of the Cat) le dio, además, algo de claridad al ranking de una categoría fuerte.

Operada de un cólico casi cuando su vida se apagaba, vendida en casi nada ante lo poco que mostraba en las mañanas, la zaina encontró en las manos de Javier Fren el hombre perfecto para explotar las habilidades que tenía guardadas, recompensando a todos quienes en su paso por los hipódromos confiaron en ella y la ayudaron a salir de momentos complicados. Llevándole “la contra” a su nombre, La Renoleta tienen motor fuera de borda, y lo ratificó en el Distaff, llegando por primera vez a los dos kilómetros tras haber vencido sobre 1200, 1400 y 1600 metros.

Más cerca que de costumbre, la yegua criada por Bioart SA. aceleró la marcha al pisar la recta final, relevó al frente a la puntera City and the Sex (Equal Stripes) por los 400 metros y de allí en adelante mantuvo a raya sin inconvenientes a Bamb Harlan (Harlan’s Holiday), a la postre, su escolta desde 3 cuerpos; a 1 1/2 más, Día Feliz (Roman Ruler) era tercera en meritoria labor, todo tras excelentes 1m59s10/100.

Favorita en las apuestas, La Renoleta escribió la página más importante de su historia maravillosa, de esas que pintan de cuerpo entero la belleza y la incertidumbre de un deporte maravilloso como el de las carreras de caballos, donde hasta el menos pensado puede convertirse en héroe, tocar el cielo con las manos. Ser el mejor.