Una investigación de Koya Kinoshita en Twitter que cuenta qué padrillos sirvieron esta temporada a las reproductoras nacionales

La cantidad de yeguas madre argentinas que se han exportado en los últimos años con destino Japón es enorme, con los casos más recientes de Cita di Río (Equal Stripes) y la campeona Joy Canela (Fortify). Si bien es una salida de genética fuerte y que, es cierto, resiente la cría local, la economía manda y, en un país donde los dólares y una buena venta son la salvación, resulta lógico que muchos propietarios -sean criadores o no- se desprendan de sus animales más destacados ante ofertas irresistibles.

Los viajes suelen ir completos y la selección que se realiza desde aquél lejano país tiene ciertos parámetros en materia de pedigrees y campañas: en general apuntan a “las líderes”, y en contadas ocasiones acceden a comprar “hermanas de” o “madres de”. Ellos quieren la campeona, la G1, la mejor, y por eso suelen invertir dinero grande, mucho más de lo que podría gastarse desde los Estados Unidos, por ejemplo, históricamente, nuestro principal y más leal mercado.

La magia de Twitter hace que todo quede más cerca y muchas informaciones que antes resultaban casi imposibles de conseguir hoy aparezcan en internet. “Koya Kinoshita” es un usuario de la red del pajarito que se ocupa del mercado sudamericano y suele relacionarlo con la hípica japonesa, y en los últimos días realizó una publicación que fue el puntapié inicial y la fuente de consulta para esta nota: los padrillos que sirvieron a las reproductoras nacionales en tierras niponas.

Como primera medida, no puede dejar de llamar la atención ver los nombres de tantas pingas albicelestes juntas, y también resulta imposible no pensar en todas las madres que se perdió el elevage nacional, más allá de aquella consideración económica del comienzo. Pero, a la vez, el orgullo aparece fuerte al entender que un mercado tan potente tenga un lugar amplio para apostar por el turf de esta parte del mundo y su genética, muchas veces, bien distinta a la que esos mismos criadores consiguen en sus excursiones por los Estados Unidos o Europa, donde también se nutren de vientre de categoría G1.

En total, 46 son las yeguas argentinas que fueron servidas en Japón durante 2020 para parir a partir del 1 de enero próximo, y de ellas “noviaron” con Kizuna. Por Deep Impact, con base en el Shadai Stallion Station y Derby Winner allí, fue líder entre los padrillos de primera generación de 2019 y en su book aparecieron Candy Nevada (Pure Prize), Dolomiti (Pure Prize), Furia Azteca (Zensational), La Birkin (Indygo Shiner), Nastia (Fortify), Sixes (Luhuk), Tirolesca (Roman Ruler) y Vivencial (Mutakddim).

Otro reproductor que trabajó bastante con yeguas nuestras fue Duramente (King Kamehameha), que fue Campeón 3 Años después de ganar el Tokyo Yushun (G1), el Derby, y el Satsuki Sho (G1), las Guineas, y es otro de los caballos que sirven en el Shadai Stallion Station. Balada Sale (Not for Sale), Catch the Cocktail (Catcher In the Rye), Hispanidad (Pure Prize), Ondina Dubai (E Dubai) y Sobradora Inc (Include) se sirvieron con el talentoso zaino.

Atómica Oro (Orpen), Malacostumbrada (Lizard Island), Pluja (Sidney’s Candy) y Spring Glory (Manipulator) tucieron cita don Daiwa Major (Sunday Silence), ya consagrado y otro múltiple ganador de G1, mientras que en el libro de Real Impact (Deep Impact) se contaron Cursora (Candy Stripes), Miss Serendipity (Not for Sale) y Paddock Seattle (Seattle Fitz).

Heart’s Cry (Sunday Silence) es uno de los padrillos consagrados en Japón, y con él se sirvieron las G1 Conviction (City Banker) y Giuliet Seattle (Seattle Fitz), mientras que al crack Kitasan Black (Black Tide) se destinaron Feel the Race (Orpen), Safari Miss (Not for Sale) y Watch Her (Mutakddim).

Lord Kanaloa, el padre de Almond Eye, es otra de las figuras en el haras en Japón, y en su caso se le presentaron nuestras Schoolmistress (Equal Stripes) (foto) y Sweetie Girl (Star Dabbler); a Cheval Grand (Heart’s Cry) fueron Cagnotte (Sunray Spirit) y La Liz (Bernstein); a Mac Mahon (Ramonti) le “tocaron” Emirate’s Girl (Lizard Island) y Socióloga Inc (Include); a Maurice (Screen Hero) viajaron Estrechada (Offlee Wild) y Mecha Corta (El Corredor); y Kinshasa no Kiseki (Fuji Kiseki) sirvió a la veterana Data (Roy) y a Plainswoman (Zensational).

Hubo, también, varios padrillos que cubrieron una yegua argentina, a saber:

Isla Bonita (Fuji Kiseki): Wanna Dance (The Leopard).

Matsurida Gogh (Sunday Silence: Studentessa (High Yield).

Suave Richard (Heart’s Cry): Seresta.

Satono Diamond (Deep Impact): Positive Mind (Equal Stripes).

Epiphaneia (Symboli Kris S.): Performada (Jump Start).

Red Falx (Swept Overboard): Ollagua (Pure Prize).

Incantation (Sinister Minister): Mantera Rye (Catcher In the Rye).

Silver State (Deep Impact): Maasai Mara (Orpen).

Real Steel (Deep Impact): Belarusa (Orpen).

Mikki Isle (Deep Impact): Caldine (Roman Ruler).

En Japón hay otras yeguas argentinas como Carinosa (Tiznow), Global Beauty (Global Hunter), Hidebound (Grand Slam), Irisa (Pure Prize), Juhayna (Johannesburg), La Charmante (Indygo Shiner), Life for Sale (Not for Sale), Playa Desierta (Orpen), Safari Queen (Lode), Sembra Fe (Manipulator), Si Que Es Buena (Equal Stripes) y Socióloga Inc (Include), aunque, siempre según nuestra referencia, ninguna de ellas aparece con servicio o preñez confirmada.

La lista realmente impresiona y no puede no generar la ilusión de que pronto haya más campeones japoneses con madres argentinas en sus pedigrees como, sin ir más lejos, sucedió en 2019 con Resistencia (Daiwa Major), por Malacostumbrada y que fue la mejor 2 años de la temporada.

Diego H. Mitagstein