En San Isidro, la yegua de La Providencia ganó sin sobresaltos pero con algunas desprolijidades de por medio

Sin susto, aunque mostrando algunas desprolijidades, Little Gem dio continuidad a su extraordinaria racha de triunfos quedándose con el Clásico Omnium (L-1400 m), la prueba más importante de la jornada de sábado en el Hipódromo de San Isidro y que se resolvió sobre pista de césped pesada.

La hija de Pure Prize y Lideranza (Carson City) ganó su quinta carrera seguida, en un trajinar que no la vio nunca sufrir sobresaltos y que poco a poco la va llevando al gran objetivo de Pedro Nickel Filho y el equipo de La Providencia: ser protagonista en la media distancia, allí donde hace unos pocos años su hermano paterno Livingstone (Jump Start) fue una referencia, sobre todo, en la arena.

Con Altair Domingos en sus riendas, Little Gem vino siempre animando el desarrollo, dejando que Touch the Sky (Not for Sale) se mostrara al frente un tramo para dominar de lleno a dos cuadras del disco, luego de correr siempre bien abierta, buscando la parte más firme de la cancha, y mañereando más de la cuenta, aunque el dato de que compitió con las manitos vendadas pueda dar alguna respuesta a esos movimientos extraños en una yegua de su experiencia.

El disco la encontró con 3 cuerpos de ventaja sobre la outsider Streep Nistel (Van Nistelrooy), mientras Queen Plum (Orpen) completaba la trifecta al hocico y 1 1/2 largo delante de una Angie (Angiolo) desconocida, todo al cabo de 1m25s18/100, registro que habla por sí solo de las condiciones bravas que mostró la grama del Norte.

Little Gem crece y no para de crecer y de la mano de su maduración natural está ahora a tiro del objetivo por el que viene trabajando. Da la sensación de que el salto a la milla no será un problema, aunque allí habrá dificultades mayores por la propia exigencia de una categoría siempre difícil y altamente competitiva.