La fantástica velocista hizo galope largo en el Great Lady M. Stakes (G2) de Los Alamitos, ganando por 10 cuerpos

CYPRESS, California (Especial para Turf Diario).- Cuando pasen los años, Gamine será recordada como una de las yeguas más veloces de todos los tiempos. Es una máquina de correr la hija de Into Mischief, que este lunes en Los Alamitos ratificó su enorme capacidad con un paseo de salud en el Great Lady M. Stakes (G2-1300 m, arena, US$ 200.000 en premios).

Fue la cuarta victoria consecutiva para la pupila de Bob Baffert, que asombra por la forma en que se mueve. Cuesta creer que “parando” sea capaz de correr los primeros 400 metros en 21s61/100, los 800 en 44s32/100 doblando y rematar distanciándose de sus rivales como si no existieran para clavar el reloj en 1m14s98/100, a sólo 40/100 del récord de pista vigente, siempre, claro, sin ser exigida.

Esta vez fueron 10 los cuerpos que la separaron de Bella Vita (Bayern), su escolta, mientras Road Rager (Quality Road) era tercera al pescuezo, pero eso porque John Velazquez nunca le pidió un esfuerzo a Gamine; de haberlo hecho, vaya uno a saber cuántos largos les hubiera sacado…

“Esto es lo que los grandes caballos hacen. Cuando corre me pongo nervioso, pero cuando todo termina logro tranquilizarme. Luce en gran forma y estoy muy feliz de que así sea, ahora quizás intentemos estirarla un poco en la distancia. Se puso más grande, maduró, y es una opción en la que estoy pensando, pero todavía no tengo una decisión tomada. Ahora veré cómo queda tras la carrera, lo que ‘me dice’ y después decidiremos”, contó un Bob Baffert orgulloso de su crack.

Gamine, por la que se pagaron 1.800.000 dólares cuando se remató de 2 años en entrenamiento, es propiedad de Michael Lund Petersen y ahora su récord habla de 8 primeros en 9 salidas, con única derrota cuando quedó tercera en el Kentucky Oaks (G1), sobre 1800 metros, y ya totalizando premios por 1.406.500 dólares, habiendo sido consagrada con el Eclipse Award como Campeón Velocista Hembra de 2020 en los Estados Unidos.

Gamine es una yegua excepciona, única, una joya. Escribe su historia en cada salida, pero ya tiene garantizado un lugar en la memoria selectiva del burrero.